La Fórmula 1 no sólo se define por la velocidad y las victorias en la pista. Mientras Oscar Piastri, Lando Norris y Max Verstappen se disputan el Campeonato de Pilotos, y McLaren apunta a un nuevo título de Constructores, existe un ranking no oficial que nadie quiere encabezar: el de los pilotos y equipos que más autos destruyen y más dinero gastan en reparaciones durante la temporada.
Este singular «Campeonato de Destructores» mide los gastos acumulados por daños en los monoplazas, desde piezas costosas como cajas de cambios (que pueden costar hasta 500 mil dólares) hasta neumáticos (unos 5.000 dólares cada uno). Según Racing Statistics, en las 17 carreras disputadas de las 24 previstas para 2025, el monto total en daños ya roza los 8,5 millones de dólares.
Alpine se destaca, aunque no por sus logros deportivos, sino por liderar cómodamente este ranking con más de 3 millones de dólares en daños (el 25% del total). El piloto japonés Yuki Tsunoda, por su parte, encabeza la tabla individual con 2.179.000 dólares generados en reparaciones, superando a Lando Norris (1.885.000) y al debutante Oliver Bearman (1.597.000).
La situación de Tsunoda es tan delicada que los rumores lo ubican fuera del equipo Red Bull para cuando termine la temporada el 7 de diciembre. El gasto de Red Bull asciende a 2.596.000 dólares, acercándose peligrosamente a Alpine en el ranking de equipos. Parte de este monto incluye 192.000 dólares de daños causados por Liam Lawson.
Entre los pilotos novatos, Bearman (Haas) se destaca negativamente, acumulando más de 1,5 millones de dólares en daños, incluso por encima de Jack Doohan, quien sumó la mayor parte de su millón y medio en un accidente en el Gran Premio de Japón, al probar una maniobra de simulador en plena curva 1 con el DRS abierto.
Franco Colapinto, el argentino que volvió a la F1 tras 23 años sin compatriotas en la categoría, se ubica en la parte baja del ranking de «destructores». Con un manejo sobrio y sólo algunos incidentes menores en las clasificaciones de Imola, Silverstone y Bakú, su equipo apenas debió afrontar 405.000 dólares en daños, superando apenas a Lance Stroll (325.000), Alex Albon (250.000), Verstappen (225.000), Nico Hulkenberg (217.000) y Piastri (135.000), mientras que George Russell es el único piloto que no le ha hecho gastar ni un dólar a su escudería.
El sistema de límite presupuestario, implementado desde 2021 (135 millones de dólares por equipo), obliga a los equipos a cuidar cada centavo. Sin embargo, los accidentes y las carreras cada vez más largas hacen que mantener los autos intactos sea una tarea casi imposible. Mercedes es el equipo con menor gasto, en parte gracias al impecable rendimiento de Russell, aunque los incidentes de Kimi Antonelli, especialmente el choque con Verstappen en Austria, han costado un millón de dólares y valieron al italiano dos puntos de su superlicencia.
En el otro extremo, Ferrari, pese a recibir un bonus especial por el Acuerdo de la Concordia (alrededor del 5% del total de premios), ya lleva gastados 2.122.000 dólares en daños, principalmente por incidentes de Lewis Hamilton. McLaren, a pesar de liderar el Campeonato de Constructores, tampoco se salva: ya suma casi 2 millones en reparaciones, incluyendo choques entre sus propios pilotos.
El ranking de equipos lo completan Haas (2.239.000), Racing Bulls (1.924.000), Aston Martin (1.452.000), Williams (1.442.000) y Sauber (1.261.000). Curiosamente, Williams y Sauber, las escuderías que menos dinero recibieron la temporada pasada, son ahora las que menos gastan en daños, aunque en ambos casos los accidentes de los pilotos titulares –Carlos Sainz y Gabriel Bortoleto, respectivamente– representan la mayor parte de los costos.
En definitiva, el «Campeonato de Destructores» muestra que el gasto por daños en autos no distingue entre equipos grandes y chicos. La gestión del riesgo y la habilidad al volante se vuelven tan valiosas como la velocidad, en una Fórmula 1 donde ahorrar en reparaciones puede ser tan importante como ganar puntos en el campeonato oficial.