La investigación sobre presuntos sobornos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) sumó esta semana nuevos capítulos de alto impacto. Diego Spagnuolo, ex titular del organismo, no solo enfrenta dos recientes allanamientos que complican su situación judicial, sino que además perdió a sus abogados defensores en plena causa.

El fiscal Franco Picardi encabeza las pesquisas para esclarecer si existió una red de coimas que involucre a la ANDIS, liderada por Spagnuolo, y a la droguería Suizo Argentina, de la familia Kovalivker. Aunque la causa se mantiene bajo secreto de sumario hasta la próxima semana, los movimientos judiciales avanzan con rapidez.

El viernes resultó especialmente agitado para Spagnuolo. En el marco de los procedimientos ordenados por el juez federal Sebastián Casanello, se allanó una caja de seguridad a su nombre, donde las autoridades hallaron 80 mil dólares y 2.000 euros. Este hallazgo reforzó las sospechas sobre la existencia de un circuito ilegal de fondos.

Simultáneamente, Spagnuolo recibió otro golpe: sus abogados, Juan Araoz De Lamadrid e Ignacio Rada Shultze, presentaron la renuncia a su defensa. La decisión no sorprendió al exfuncionario, ya que había sido anticipada en una conversación previa. Fuentes cercanas señalaron que la desvinculación se debió a una «falta de confianza mutua». Los letrados habrían advertido en Spagnuolo un comportamiento errático, reflejado en cambios constantes respecto a la estrategia judicial trazada, lo que dificultó la labor conjunta.

Asimismo, los abogados manifestaron malestar porque Spagnuolo comenzó a consultar a otras personas sobre aspectos de la causa, pese a que le habían pedido mantener la comunicación únicamente con ellos. «Es difícil trabajar sin confianza», resumieron allegados al equipo legal.

La situación se agravó tras la declaración testimonial de Fernando Cerimedo, fundador de La Derecha Diario, quien compareció como testigo ante el fiscal Picardi. Cerimedo relató que el abogado le contaba cuestiones internas y políticas, usando expresiones similares a las que se escuchan en las grabaciones que salieron a la luz. Aclaró que nunca mantuvo reuniones en confiterías con Spagnuolo, como se sugiere en los audios, y que sus charlas con el exfuncionario trataban sobre «corrupción y coimas». De esta manera, Cerimedo intentó despegarse de la filtración de los audios, pero su testimonio dejó en evidencia la gravedad de los temas discutidos con Spagnuolo.

En este contexto, los defensores se vieron aún más presionados, ya que la versión de Spagnuolo era que Cerimedo lo había grabado para luego filtrar las conversaciones. Sin embargo, la declaración del consultor ante la fiscalía complicó aún más el panorama.

El origen de la causa se remonta a la difusión pública de una serie de audios que, según la denuncia, comprometen no solo a Spagnuolo, sino también a figuras cercanas al presidente Javier Milei, su hermana Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem y la familia Kovalivker. La investigación judicial intenta determinar el alcance de las supuestas maniobras irregulares y la posible implicancia de estos nombres en el circuito de sobornos.

El viernes cerró para Spagnuolo con un saldo negativo: dos allanamientos que refuerzan las sospechas en su contra, la declaración de un testigo que agrava su situación y la renuncia de sus abogados, que lo deja sin defensa técnica en un momento clave de la causa. El avance de la investigación y la expectativa por la apertura del sumario la próxima semana mantienen en vilo a todos los involucrados.