Federico Jiménez Argüello, reconocido hincha vinculado a la barra brava de Independiente, ha sido excluido por tiempo indeterminado de todos los eventos deportivos en Argentina. Esta medida, oficializada este miércoles a través de la Resolución 1172/2025 en el Boletín Oficial y firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, responde a su rol en los graves disturbios ocurridos el 20 de agosto durante el partido de Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile.
La sanción, denominada «restricción de concurrencia administrativa», impide a Jiménez Argüello asistir a cualquier espectáculo deportivo en el país mientras dure la disposición. La decisión se fundamenta en los violentos hechos que conmocionaron al fútbol sudamericano y que alcanzaron repercusión tanto nacional como internacional, por la magnitud de los incidentes y las graves lesiones sufridas por simpatizantes del equipo visitante, algunas de ellas de tal gravedad que requirieron hospitalización.
La noche del 20 de agosto en el estadio Libertadores de América quedó marcada por un feroz ataque perpetrado desde la tribuna Norte, controlada por la barra oficial de Independiente. Según las investigaciones, los agresores aprovecharon una maniobra de distracción sobre el personal policial en el acceso principal para permitir que la denominada «segunda línea» irrumpiera en la tribuna Sur Alta. Allí se desencadenó una brutal agresión contra los hinchas de la Universidad de Chile, lo que derivó en un operativo policial que terminó con la detención de centenares de simpatizantes de ambos equipos.
Jiménez Argüello fue sindicado como uno de los principales responsables de los hechos y la Unidad Fiscal de Investigación Nº 4 del Departamento Judicial Avellaneda-Lanús ordenó su captura nacional e internacional, acusándolo de «lesiones graves agravadas en ocasión de un espectáculo deportivo». La orden se hizo efectiva el 16 de septiembre, 27 días después de los incidentes, cuando el barra intentó ingresar al estadio de Berazategui para presenciar un partido de la Primera C entre Berazategui y Muñiz.
En esa oportunidad, los controles de identidad del programa Tribuna Segura permitieron identificarlo en el acceso y la Policía bonaerense, en colaboración con el personal de seguridad deportiva, logró detenerlo. Desde entonces, quedó a disposición de la Fiscalía Avellaneda-Lanús, bajo la órbita del fiscal Mariano Zitto, y del Juzgado de Garantías Nº 3 de la misma jurisdicción.
La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APreViDe) celebró la medida, remarcando la importancia de fortalecer los mecanismos preventivos para evitar que personas consideradas peligrosas para el orden público continúen asistiendo a espectáculos futbolísticos, en un contexto donde la violencia en los estadios sigue siendo una de las principales preocupaciones para las autoridades.
El Ministerio de Seguridad justificó la sanción como una herramienta fundamental para «neutralizar e impedir la presencia en los estadios de personas capaces de alterar el orden público». El objetivo, señalaron, es reforzar la prevención y evitar la repetición de episodios que pongan en riesgo la integridad de los asistentes y el desarrollo pacífico de los encuentros deportivos.
La decisión marca un precedente en la lucha contra la violencia en el fútbol argentino y refuerza el compromiso oficial de aplicar las máximas sanciones administrativas y penales contra quienes atenten contra la seguridad en los estadios.


