El Teatro Colón de Buenos Aires se prepara para un acontecimiento de alto impacto en el mundo de la danza: la reposición de Onegin, una de las obras maestras del ballet neoclásico del siglo XX, que contará con la supervisión directa de Reid Anderson y la participación estelar de Marianela Núñez.
Anderson, ex bailarín y ex director artístico del Ballet de Stuttgart, es además el custodio de los derechos de todas las creaciones de John Cranko, el legendario coreógrafo que concibió Onegin en 1965. Su llegada a Buenos Aires el 18 de septiembre marcó el inicio de un riguroso trabajo con el Ballet del Colón, actualmente bajo la dirección de Julio Bocca, para pulir cada detalle de la producción que debutará el viernes 3 de octubre. El ciclo incluirá diez funciones, extendiéndose hasta el domingo 12 de octubre.
La expectativa crece por la presencia de Marianela Núñez, una de las figuras más aclamadas del ballet internacional, quien asumirá el papel de Tatiana en las funciones del 10 y el 12 de octubre, acompañada por el bailarín invitado Jacob Feyferlik. Su participación aporta un brillo especial al regreso de esta obra, muy querida por el público argentino.
La esencia de Onegin: realismo emocional y profundidad
Creado por John Cranko a partir de la novela homónima de Alexander Pushkin y con música de Tchaikovski, Onegin se aparta de los gestos artificiales del ballet clásico y propone un enfoque profundamente humano. Los personajes reaccionan como personas reales ante las situaciones, sin recurrir a los estereotipos gestuales del género. Este espíritu de autenticidad es, según Anderson, el legado más valioso que le dejó Cranko cuando se unió al Ballet de Stuttgart en 1969.
«No se trata solo de bailar, sino de expresar desde lo más profundo de cada intérprete. En Onegin, los movimientos deben surgir genuinamente de las emociones y las circunstancias de la trama», explica Anderson, quien además fue uno de los intérpretes más destacados del rol principal en la compañía alemana. «John siempre decía que el único lenguaje que puede entenderse en todo el planeta es el lenguaje corporal, y nosotros éramos sus portavoces».
Un proceso de aprendizaje y transformación
Anderson recuerda con emoción su propio recorrido con la obra. Llegó a Stuttgart tras una audición en 1969 y, siendo apenas un joven de 19 años, fue seleccionado para interpretar al príncipe Gremin, esposo de Tatiana, un personaje mucho mayor que él. «Aunque era un desafío, la experiencia en escenarios desde pequeño me ayudó a asumir el papel de alguien maduro y calmo, como Gremin», relata.
Su primer encuentro como espectador con Onegin fue revelador: sin conocer la historia ni haber leído el programa, comprendió todo lo que ocurría en escena gracias a la autenticidad de los intérpretes. «Fue un milagro. Al final del tercer acto, no podía dejar de llorar», confiesa.
Más adelante, Anderson heredó el rol de Onegin de manos de Claus Heinz y lo bailó con grandes figuras, especialmente con Marcia Haydée, a quien considera su pareja ideal en el escenario. Destaca que, cada vez que se interpreta Onegin, la obra debe ser única, reflejando la personalidad y vivencias de cada bailarín.
Un regreso con figuras de renombre
La versión actual que verá el público porteño fue montada inicialmente por Agneta y Valcu, reconocidos expertos en reponer obras de Cranko. Sin embargo, es Anderson quien realiza los ajustes finales, asegurándose de que la interpretación mantenga el sello de autenticidad que caracteriza a Onegin.
La historia, centrada en el amor imposible entre Tatiana y Onegin, explora temas de madurez, arrepentimiento y el peso de las decisiones. Tatiana, al reencontrarse con Onegin años después, ya casada con el noble Gremin, debe decidir entre la seguridad y el amor pasional, en una escena final que, en palabras de Anderson, «siempre conmueve y deja huella en el espectador».
La presencia de Marianela Núñez, ícono del ballet y querida por el público argentino, asegura que esta reposición de Onegin será un hito artístico de la temporada. Las funciones, especialmente aquellas en que ella asuma el rol de Tatiana, prometen ser memorables y reunirán a los amantes de la danza en el emblemático Teatro Colón.