Finalmente, Axel Kicillof y Cristina Kirchner concretaron un esperado cara a cara que llevaba más de cien días postergado. El gobernador bonaerense se acercó este miércoles al departamento de la ex presidenta en Constitución, donde cumple prisión domiciliaria por su condena en la causa Vialidad. El encuentro, que se realizó en medio de la campaña hacia las legislativas de octubre, se produjo tras semanas de especulación sobre el vínculo y el liderazgo dentro del peronismo.
La relación entre Kicillof y Cristina Kirchner se había enfriado tras las últimas negociaciones por el cierre de listas y, desde entonces, no habían vuelto a dialogar ni siquiera después de la victoria electoral del gobernador en la provincia de Buenos Aires. El cruce de reproches por la demora en el reencuentro se hacía sentir en el entorno de la ex presidenta, que notaba la ausencia de Kicillof en más de tres meses desde su detención.
El gobernador bonaerense gestionó en los últimos días los trámites judiciales necesarios para visitar a Cristina Kirchner y, en una jornada en la que evitó actividades públicas de campaña, finalmente se reunió a solas con su ex jefa política. La cita duró alrededor de una hora y media y, según fuentes cercanas a ambos líderes, fue «buena» y «constructiva». Voceros de Cristina Kirchner señalaron que dialogaron sobre la situación nacional e internacional y la necesidad de sumar fuerzas para la elección de octubre, un mensaje que refleja la búsqueda de unidad pese a las diferencias internas.
Por parte del equipo de Kicillof, la reunión también fue calificada de manera positiva, aunque con cautela. Coincidieron en que el foco está puesto en el corto plazo electoral, sin abundar en detalles sobre las divergencias que marcan la disputa por el liderazgo dentro del peronismo. La ausencia de fotografías sirvió como evidencia de la decisión de mantener bajo perfil y controlar el modo de comunicar el encuentro, una postura que responde a la preferencia de Cristina Kirchner de manejar los tiempos y formas de la exposición pública.
El trasfondo del reencuentro es una interna que se intensificó en los últimos meses. Kicillof, que tomó distancia con el desdoblamiento de la elección en la provincia, consolidó su protagonismo en las urnas de septiembre y busca repetir la performance en octubre. Sin embargo, entre los peronistas persiste la discusión sobre cuánto deben influir en la campaña los reclamos por la situación judicial de Cristina Kirchner. Mientras que el gobernador y sus candidatos abordan el tema de manera indirecta, los sectores más alineados con la ex presidenta insisten en instalar la denuncia como eje central.
En los últimos días, allegados a Cristina Kirchner dejaron trascender que la ex mandataria podría optar por una postura pragmática y apoyar el armado de Kicillof pensando ya en 2027. La ex presidenta, recuerdan, respaldó a Sergio Massa en la última elección porque lo consideró competitivo, pese a que su preferido era Wado de Pedro. No obstante, la proyección presidencial de Kicillof dependerá de superar obstáculos y condicionamientos dentro de su propio espacio, en un camino que se anticipa complejo.
Por ahora, el mensaje que ambos líderes transmiten es de unidad ante el desafío de las legislativas cercanas, aunque los verdaderos debates por el liderazgo y el futuro del peronismo quedarán para después del 26 de octubre. El reencuentro es apenas el primer paso de una pulseada que definirá el rumbo del principal frente opositor en los próximos años.