Desde la flexibilización de las restricciones para acceder al mercado de cambios, la compra de dólares en el circuito oficial no deja de marcar cifras históricas. El último informe del Banco Central reveló que en julio la adquisición neta de billetes estadounidenses por parte de personas físicas trepó a 3.041 millones de dólares, un registro solo superado en octubre de 2019, antes de la instauración del límite de 200 dólares mensuales durante la administración de Mauricio Macri.
Si se consideran todos los ítems que conforman la denominada Formación de Activos Externos (FAE), el monto total escaló a 5.807 millones de dólares, estableciendo un récord absoluto. Este fenómeno no solo se explica por la demanda tradicional para ahorro y turismo, sino también por movimientos menos visibles que involucran a empresas y operaciones con cuentas en el exterior.
Empresas eluden el cepo y complican la política cambiaria
Un aspecto que llama la atención de los analistas es el fuerte peso de las «otras inversiones» dentro de la FAE, segmento que desde abril sumó compras por 7.541 millones de dólares, de los cuales casi 3.000 millones se concretaron solo en julio. Este rubro representa cerca del 47,5% de la formación de activos en moneda extranjera y, según especialistas, refleja maniobras de empresas para sortear las restricciones cambiarias.
Pablo Moldovan, director de la consultora C-P, explicó que estas operaciones se efectúan a partir de cuentas radicadas en el extranjero. De este modo, las empresas consiguen dólares en el mercado conocido como contado con liquidación (CCL), lo que les permite cancelar compromisos en moneda extranjera a un tipo de cambio cercano al oficial. Mientras el dólar mayorista cerró en 1.372 pesos, el CCL se ubicó en 1.391 pesos.
Incluso el propio Banco Central reconoció en su informe que durante julio los importadores habrían saldado obligaciones por importaciones por 1.400 millones de dólares a través de mercados alternativos y títulos como los Bopreales.
Arbitraje y presión sobre el dólar
Federico Machado, economista de OPEN, sostuvo que el llamativo volumen de la FAE en los últimos meses responde al arbitraje entre el mercado oficial y los canales financieros, una práctica originada en la imposibilidad de las empresas de acceder directamente al dólar oficial. Según Machado, las personas físicas adquieren divisas en el mercado formal y luego las venden a empresas mediante mecanismos financieros, aprovechando la brecha entre ambos tipos de cambio.
El relajamiento del cepo buscaba transmitir señales positivas en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional y contribuir a la estabilidad del mercado, así como a la valorización de los activos argentinos. Sin embargo, la volatilidad desatada tras el fallido intento de desarme de las Lefis, la parálisis económica y recientes denuncias de corrupción en el oficialismo erosionaron ese clima de optimismo.
¿Más apertura o un nuevo endurecimiento?
Ante la proximidad de las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires, la demanda de activos en moneda dura se disparó. La combinación del aumento de la FAE y las maniobras empresariales para esquivar restricciones está poniendo a prueba la gestión de la política cambiaria. En este contexto, surgen interrogantes sobre el futuro del cepo: ¿se eliminará por completo o regresarán las restricciones?
Para Machado, lo más razonable sería avanzar en una mayor apertura, permitiendo normalizar el arbitraje financiero que aprovechan las empresas. Por su parte, el analista Amilcar Collante advirtió que un regreso a controles más estrictos podría dañar las expectativas, aunque no descarta ajustes si el oficialismo sufre una derrota significativa en las urnas y no recibe apoyo suficiente de Estados Unidos y el FMI.
Guido Zack, director de Economía de Fundar, valoró la eliminación de trabas para las personas físicas, pero señaló que los problemas recientes se originaron en decisiones como la eliminación de las Lefis y advirtió que «con el cepo relajado no se puede improvisar demasiado con las tasas».
El futuro del cepo, atado al clima político
Desde el Gobierno acusan a la oposición de agitar las turbulencias financieras para socavar el superávit fiscal. Según su visión, un resultado favorable para La Libertad Avanza facilitaría la normalización económica, la reapertura del acceso al financiamiento internacional y el levantamiento definitivo del cepo cambiario.
En definitiva, la compra récord de dólares y las maniobras empresariales para sortear restricciones ponen bajo presión a la estrategia oficial, mientras la incertidumbre electoral y el contexto internacional condicionan cualquier decisión sobre el futuro de las regulaciones cambiarias.