De cara a las elecciones generales de octubre, los intendentes peronistas del conurbano bonaerense han decidido alinearse con el gobernador Axel Kicillof y redoblar esfuerzos en la campaña. Pese a las dudas que persisten en los sectores más duros del kirchnerismo sobre su compromiso, los jefes comunales aseguran que desplegarán todo su aparato para asegurarse un buen desempeño en los comicios y ratificar la ventaja obtenida en la elección legislativa de septiembre.
El viernes pasado, en una reunión clave en Ensenada encabezada por Kicillof, quedó claro el mensaje: “hay que jugar con todo”. Aunque no se discutió la cuestión de los recursos, los intendentes presentes tomaron nota de la directiva y ya pusieron en marcha un operativo de campaña que busca llegar a todos los rincones de sus municipios.
El peronismo bonaerense, fragmentado entre los sectores fieles a Máximo Kirchner y aquellos que siguen a Kicillof, enfrenta resquemores internos. Desde La Cámpora y el kirchnerismo más ortodoxo se había puesto en duda la verdadera voluntad de los intendentes afines al gobernador de participar activamente en la campaña, sobre todo porque ya aseguraron el control de sus concejos deliberantes en septiembre y no tienen candidatos propios en las listas nacionales de Fuerza Patria.
A pesar de estas suspicacias, varios intendentes de distintas secciones electorales confirmaron que replicarán la estrategia utilizada en la elección pasada: instalarán gazebos informativos en puntos estratégicos, realizarán recorridas casa por casa para explicar el nuevo sistema de Boleta Única de Papel (BUP) y movilizarán la misma cantidad de remises que el 7 de septiembre. Incluso, algunos apelan a figuras populares de la Selección Nacional de Fútbol en sus mensajes para captar la atención del electorado y reforzar el número siete en la BUP, bajo el cual se ubica Fuerza Patria.
La decisión de Kicillof de desdoblar la elección legislativa en la provincia —por primera vez en la historia— fue criticada por referentes como Cristina Kirchner y La Cámpora. Sin embargo, la jugada sorprendió al oficialismo y le permitió al peronismo ganar por 14 puntos, superando por más de un millón de votos a la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO, que no logró repetir los números del 2021.
En paralelo, Kicillof instó a su equipo y a los intendentes a no relajarse ni tomar vacaciones en esta etapa decisiva. «No nos gusta perder ni a la bolita. Si se repiten los resultados, sumaríamos cuatro diputados nacionales más. Cada voto cuenta para frenar los vetos», deslizó un jefe comunal de la Primera Sección.
La campaña también tiene un fuerte componente didáctico: militantes y dirigentes organizan reuniones barriales para explicar a los vecinos cómo utilizar la BUP y localizar la opción peronista, que este año aparece bajo el nombre de Fuerza Patria y no incluye símbolos tradicionales como el escudo del PJ ni las fotos de Perón o Néstor Kirchner.
Intendentes como Juan José Mussi, Leonardo Nardini, Jorge Ferraresi, Juan Zabaleta y Verónica Magario —reconocidos por su capacidad de corte de boleta a nivel local— también se suman al operativo. Algunos admiten que, aunque la motivación no es la misma que en septiembre, el esfuerzo en explicar el nuevo sistema de votación mantiene el contacto con los vecinos y puede ser clave para revalidar la diferencia obtenida.
Por otro lado, se prepara una serie de actos para recibir a Jorge Taiana, primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, quien cuenta con el respaldo directo de Kicillof. El viernes, Taiana visitó Florencio Varela, donde fue recibido por el intendente Andrés Watson, en una muestra de unidad y despliegue político de cara a octubre.
Así, con estrategias renovadas, despliegue territorial y una campaña orientada a educar sobre la Boleta Única, el peronismo bonaerense busca despejar cualquier duda sobre su compromiso y consolidar su victoria en las urnas.