La reciente derrota electoral del oficialismo libertario en la provincia de Buenos Aires continúa generando repercusiones en el arco político nacional. Distintas voces, tanto del Gobierno como de la oposición, expresaron sus análisis, críticas y propuestas en una jornada marcada por la autocrítica, el reclamo de cambios y la presentación de nuevas iniciativas.
Uno de los momentos más comentados ocurrió durante la intervención televisiva de Guillermo Francos, jefe de Gabinete nacional, en el programa de Mirtha Legrand. Allí, la histórica conductora le planteó de manera directa la crisis social que escuchan a diario los argentinos: «No llego a fin de mes» y «no me alcanza para comer». Legrand sostuvo que quienes viven esta situación probablemente voten en contra del Gobierno. Francos, por su parte, defendió la gestión señalando que «en el tiempo que llevamos en el Gobierno, sacamos a 12 millones de personas de la pobreza», aunque la conductora insistió en el dolor que le provoca escuchar testimonios de necesidad y falta de recursos, advirtiendo que hasta que no se resuelva esa realidad, el electorado seguirá mostrando su rechazo.
El impacto del resultado bonaerense fue analizado también por el gobernador Axel Kicillof, quien afirmó que la elección fue tanto un triunfo del peronismo como un rechazo a la gestión de Javier Milei. Kicillof destacó el trabajo territorial de su gobierno y la valoración de políticas públicas en salud, educación y obras. Subrayó la importancia de la unidad del peronismo en la boleta electoral y la fragmentación opositora, pero también responsabilizó a Milei por el desenlace: «Hizo una pésima campaña».
Desde la oposición, Facundo Manes, diputado nacional y candidato a senador porteño, instó al presidente a «cambiar su política económica y su gabinete». Consideró que la derrota fue un «castigo» a las políticas libertarias más que un éxito de otro espacio, y lamentó la desconfianza creciente en la dirigencia: «La gente ya no cree en nadie». Manes planteó la necesidad de una renovación política e invitó a Milei a «dejarse ayudar» y convocar a los mejores de cada sector.
El gobernador de Jujuy, Carlos Sadir, también pidió al Gobierno nacional que tome nota del mensaje de las urnas y «corrija el rumbo», remarcando el desencanto ciudadano con la actual gestión. Florencio Randazzo, candidato a diputado, sostuvo que «bajar la inflación a cualquier costo es equivocado» y criticó la falta de empatía oficial con los sectores más vulnerables, como jubilados y usuarios de la salud y la educación públicas.
Por parte del oficialismo libertario, Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, utilizó las redes sociales para apuntar contra el peronismo responsabilizándolo por los graves problemas económicos de las últimas dos décadas. «Los que llevaron los índices de inflación, pobreza e indigencia a las nubes, hoy intentan venderle espejitos de colores a la sociedad», escribió Menem, acusando de hipocresía a los referentes opositores.
En la interna libertaria, José Luis Espert respondió a las críticas de Juan Schiaretti (candidato cordobés) sobre la necesidad de «sensibilidad social». Espert defendió la dureza de los ajustes implementados, asegurando que «el presidente Milei recibió un país al borde de una hiperinflación» y que «no éramos Suiza como para ser sutiles a la hora de corregir desvíos». Exhortó además a la ciudadanía a no dejarse engañar «por cantos de sirena» que prometen soluciones fáciles.
Mientras tanto, el dirigente social Juan Grabois anunció que trabaja en un nuevo proyecto de impuesto permanente a las grandes fortunas, bautizándolo con ironía «Proyecto Karina», en alusión a la secretaria general de la Presidencia. Grabois consideró que el tributo creado durante la pandemia «fue muy acertado» y que debería instaurarse de manera definitiva.
En el plano internacional, el presidente Javier Milei participó por videoconferencia del acto de Vox en Madrid, donde manifestó que decidió quedarse en Argentina para «defender con uñas y dientes los logros de esta gestión».
El escenario posterior a la elección bonaerense muestra, así, un clima de autocrítica, pases de factura y propuestas de cambio en un contexto social y económico desafiante. La presión sobre el Gobierno para modificar su rumbo se mezcla con la reactivación de debates en torno a políticas redistributivas y el llamado a una mayor sensibilidad social.