El mes de agosto estuvo marcado por una fuerte volatilidad en las tasas de interés tras la eliminación de las Letras de Financiamiento (LEFIs) en julio, un cambio que generó una importante inyección de pesos en el mercado. Para contrarrestar este efecto, el Ministerio de Economía recurrió a diversas licitaciones de deuda, algunas de carácter extraordinario, validando tasas que llegaron hasta el 86%. Paralelamente, el Banco Central (BCRA) incrementó los encajes bancarios al 53,5% con el objetivo de restringir la liquidez disponible.
Sin embargo, el endurecimiento de la política monetaria tuvo costos: la suba de tasas encareció el crédito, lo que se tradujo en un mayor freno del consumo y un enfriamiento de la economía real. En este contexto de incertidumbre, los analistas privados revisaron a la baja sus expectativas de crecimiento económico para 2025, ubicando las proyecciones por debajo del 5%. LCG y Equilibra anticipan un avance cercano al 4,5%, Econviews estima un 4,2% y EcoGo se mantiene en torno al 4%, con posibilidad de un leve repunte.
En cuanto a la inflación de agosto, las principales consultoras ajustaron sus cálculos y la mayoría prevé que el índice de precios al consumidor supere el 2% mensual. No obstante, algunas mediciones, como las de C&T Asociados y Analytica, muestran una leve desaceleración en el área del Gran Buenos Aires, con registros del 1,6% y 1,8% respectivamente, frente al 1,9% de julio. Según C&T, esta baja se explica por la caída en rubros estacionales como turismo (hotelería, paquetes y transporte aéreo) y la reducción en indumentaria por liquidaciones de temporada. En contraste, las verduras mostraron un salto de casi el 10%.
Equilibra, cuya medición también ronda el 2%, destacó subas en autos (4,8%), alquileres (3,8%), atención de salud privada (3%) y expensas (2,7%). Alimentos y bebidas no estacionales mostraron un incremento del 1,5%. En este contexto, la inflación núcleo, que excluye componentes estacionales y regulados, se aceleró al 1,9% desde el 1,5% registrado en julio.
«La volatilidad cambiaria tuvo un impacto limitado sobre los precios, en parte gracias a los esfuerzos del Gobierno por contener la depreciación del peso. Sin embargo, esto se logró a costa de mantener tasas de interés reales elevadas, lo que termina afectando negativamente al consumo y la actividad económica», explicó Clara Alesina, economista de la Fundación Libertad y Progreso, que estimó una inflación cercana al 2%. EcoGo, por su parte, también midió el aumento en torno al 2%, pero advirtió sobre un «desanclaje de expectativas» que podría acelerar la inflación en los próximos meses. Rocío Bisang, analista de la consultora, apuntó que los salarios casi estancados limitan el consumo y restringen el margen de nuevos aumentos, mientras que la apertura de importaciones ejerce una presión a la baja sobre los precios.
Por otro lado, Orlando J. Ferreres relevó un incremento de precios del 2,1% durante agosto, con bienes varios, alimentos y bebidas, y equipamiento del hogar liderando las subas con alzas del 6,5%, 2,9% y 2,6% respectivamente. Transporte y comunicaciones, junto con salud, mostraron incrementos del 2,2% y 1,9%.
La consultora PxQ presentó la estimación más alta, ubicando la inflación mensual en el 2,2%. Según su informe, alimentos y bebidas, transporte, y vivienda junto con servicios públicos concentraron el 60% de los aumentos. El rubro transporte encabezó las subas con un 3,5%, impulsado por autos (4,9%), combustibles (3,6%) y transporte público (2,8%). Bebidas alcohólicas y tabaco subieron 3,5%, y vivienda junto a servicios públicos 2,5%, destacándose incrementos en alquileres (4%), electricidad (2,8%), gas (2,2%) y agua (0,7%). En provincias como Salta, San Luis, Misiones, Corrientes y Río Negro, la electricidad tuvo subas superiores al 3%.
En síntesis, agosto cerró con una inflación que superó el 2%, mientras la economía enfrenta el desafío de tasas de interés históricamente altas, un consumo debilitado y un horizonte de incertidumbre política y financiera. Las consultoras coinciden en que la estabilidad será difícil de lograr sin claridad en el escenario electoral y sin un cambio en las condiciones estructurales que permitan reactivar la actividad y el consumo.