La nueva película de Netflix, La noche siempre llega, protagonizada por Vanessa Kirby, no solo ofrece una trama envolvente, sino que también pone de relieve una situación preocupante en la sociedad estadounidense: la crisis de vivienda. Basada en la novela de Willy Vlautin, la historia nos lleva a Portland, donde el costo de vida se ha disparado y los salarios no siguen el mismo ritmo, dejando a muchas personas sin hogar.
El personaje central, Lynette, interpretado por Kirby, enfrenta una lucha desesperada por no perder el techo sobre su cabeza. Vive con su hermano Kenny, quien tiene síndrome de Down, y su madre Doreen, en una casa alquilada con deudas. La posibilidad de comprar la casa por 25.000 dólares se esfuma cuando Doreen gasta el dinero en un automóvil, poniendo a la familia al borde de la indigencia.
En una carrera contra el tiempo, Lynette intenta reunir el dinero necesario en una serie de eventos insólitos y peligrosos. Su historia es un reflejo de las dificultades de muchas personas que, a pesar de tener empleo, no pueden asegurar una vivienda estable. La película destaca no solo por su trama, sino también por la actuación de Kirby, quien junto a su hermana Juliet, también se desempeña como productora del filme.
El director Benjamin Caron, conocido por su trabajo en The Crown, dirige esta película que arranca con fuerza pero pierde algo de impulso hacia el final. Aun así, el elenco, que incluye a Jennifer Jason Leigh, Michael Kelly y Eli Roth, ofrece interpretaciones memorables que mantienen al espectador enganchado.
En definitiva, La noche siempre llega es una propuesta sólida dentro del catálogo de Netflix. No solo ofrece entretenimiento, sino que también invita a reflexionar sobre la precariedad económica y social que afecta a muchas personas en Estados Unidos.