Una reciente carta enviada por ocho senadores kirchneristas ha generado sorpresa y controversia en el ámbito político argentino. La misiva, dirigida a la vicepresidente Victoria Villarruel, solicita que se restrinja el acceso de policías y gendarmes a los baños del Senado durante las jornadas de protesta, argumentando que estas instalaciones deben priorizarse para el uso de los empleados legislativos.
Entre los firmantes del documento se encuentran figuras destacadas del kirchnerismo, como Oscar Parrilli y Silvia Sapag. Los senadores enfatizan la necesidad de regular la presencia de las fuerzas de seguridad en el recinto, para garantizar un funcionamiento ordenado y evitar molestias al personal legislativo.
La iniciativa, fechada el 16 de julio, ha sido recibida con críticas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, reaccionó a través de su perfil en X, calificando de insólita la solicitud y pidiendo sentido común y respeto hacia quienes se encargan de la seguridad en el Congreso. Bullrich, quien ha sido una figura polémica en el gobierno, es acusada por algunos sectores del kirchnerismo de implementar políticas represivas contra la protesta social.
El contexto de esta solicitud se enmarca en las tensiones generadas por las protestas que se llevan a cabo, especialmente los miércoles, cuando se realizan manifestaciones de jubilados. Durante estas jornadas, el Ministerio de Seguridad organiza operativos significativos para hacer cumplir el protocolo antipiquete, lo que intensifica la presencia de efectivos de seguridad en el Senado.
El kirchnerismo ha manifestado su apoyo a estas protestas y critica los operativos de seguridad organizados por Bullrich, quien podría postularse como candidata a senadora nacional de La Libertad Avanza por la ciudad de Buenos Aires. Este pedido se suma a las críticas constantes hacia la ministra, quien es vista como una de las figuras más polémicas en la actual administración.
En su conclusión, los senadores reiteraron su petición de que se administre y coordine adecuadamente esta situación, esperando que se respeten las prioridades del personal del Senado en el uso de las instalaciones.