El economista Rodolfo Santángelo analizó el actual panorama económico argentino, señalando que la reciente liberalización total del mercado de cambios para personas físicas fue «demasiado apresurada» en un contexto de gran incertidumbre electoral y desequilibrios macroeconómicos persistentes. Según Santángelo, esta decisión provocó una demanda excepcional de dólares por parte de los particulares para ahorro, turismo y reventa a empresas, generando una presión insostenible sobre el mercado cambiario.
En los últimos meses, la compra de divisas por parte de personas físicas alcanzó cifras históricas: solo en julio, la demanda superó los 5.000 millones de dólares. «No hay mercado cambiario que lo aguante, ni intervención del Banco Central ni tasa de interés que pueda contenerlo», alertó el economista. La estrategia oficial de intentar frenar la suba del dólar mediante tasas de interés reales muy elevadas —consideradas «costosas» para el sector privado, el público y el sistema bancario— fue puesta en duda por Santángelo, quien consideró que, de no permitirse que el tipo de cambio encuentre un nuevo equilibrio, habría sido preferible mantener ciertas restricciones para que la brecha cambiaria funcionara como una válvula de escape.
Frente a la intervención del Tesoro en el mercado cambiario, Santángelo interpretó que se trata de una maniobra para evitar que el dólar alcance el límite superior de la banda cambiaria, aunque advirtió que la sostenibilidad de esta política está atada a los resultados electorales. «Todo plan necesita respaldo social e institucional. El apoyo popular fue contundente en la elección presidencial, pero la continuidad del programa se define por los resultados», enfatizó, recordando que la verdadera prueba será en las elecciones de octubre.
El economista destacó los avances en materia fiscal y la reducción de la inflación bajo la actual administración, pero señaló que el funcionamiento del mercado cambiario sigue siendo el principal talón de Aquiles. El uso de fondos del exterior para pagar deuda se percibe como una solución de corto plazo, y la única manera genuina de fortalecer al Banco Central es mediante la acumulación de reservas, no mediante transferencias de pasivos entre organismos estatales.
De cara al futuro inmediato, Santángelo remarcó que la excepcional oferta de dólares de los exportadores, que permitió compensar la alta demanda, no se repetirá. «Todo indica que el mercado necesitará un tipo de cambio más alto para encontrar su punto de equilibrio», sostuvo. Además, relativizó la importancia de los mercados de futuros, subrayando que el verdadero termómetro del mercado es la dinámica entre la oferta y la demanda de divisas.
Consultado sobre la transparencia de la intervención oficial, Santángelo consideró que la información cambiaria publicada mensualmente es suficiente, y alertó contra el riesgo de alimentar «ansiedades» con una publicación diaria. A su entender, lo fundamental es clarificar el rumbo que se tomará tras las elecciones, ya que el gobierno atribuye la actual situación principalmente a la incertidumbre electoral y planea mantener la estrategia hasta octubre.
Sobre la perspectiva de crecimiento, el economista recordó que tras la recesión, la economía argentina mostró un rebote en la actividad, aunque con heterogeneidades, y que para 2025 se esperaba una mejora respecto a 2024. Sin embargo, advirtió que la experiencia de los últimos tres gobiernos muestra que el tercer año suele ser complejo y que los desafíos económicos se han intensificado en los últimos meses.
Para revertir este panorama, Santángelo consideró clave que, una vez superado el proceso electoral, el gobierno logre «desenredar la madeja» del mercado cambiario y monetario. Las variables críticas serán la tasa de interés, el tipo de cambio y el riesgo país. Además, instó a devolverle al Presupuesto su rol central en la economía, evitando el tratamiento de proyectos de aumento del gasto público sin financiamiento. Las grandes reformas —tributaria, previsional y laboral—, estimó, quedarán probablemente para una futura administración.