El Mundial Sub 20 de Chile 2025 ha marcado un hito en la historia del fútbol al implementar por primera vez la tarjeta verde, un novedoso recurso arbitral que permite a los entrenadores solicitar la revisión de jugadas polémicas en pleno partido. La innovación, parte del sistema Football Video Support (FVS) impulsado por la FIFA, ya ha generado impacto y debate tras su estreno durante la fase inaugural del torneo.
El debut absoluto de la tarjeta verde se produjo en el encuentro entre Corea del Sur y Ucrania, cuando a los 37 minutos, el director técnico del conjunto asiático recurrió al inédito mecanismo tras una jugada de posible penal, aunque finalmente la sanción no fue modificada.
Sin embargo, fue en el partido entre Argentina y Cuba donde la nueva herramienta arbitral se puso realmente a prueba. El equipo dirigido por Diego Placente se impuso desde temprano en el marcador con un gol de Sarco a los 3 minutos, pero poco después se vio envuelto en una situación clave: Santiago Fernández, defensor argentino, fue expulsado tras una dura infracción a un rival cubano. La decisión del árbitro Muhammad Nazmi bin Nasaruddin pareció excesiva para el cuerpo técnico argentino, por lo que Placente optó por utilizar la tarjeta verde con la esperanza de revertir la tarjeta roja.
El procedimiento fue el siguiente: Placente mostró la tarjeta verde al cuarto árbitro inmediatamente después de la acción, lo que obligó a detener el juego para que el árbitro principal reviera la jugada en el monitor lateral a pie de campo. A pesar del reclamo, la autoridad arbitral mantuvo la expulsión y Argentina debió afrontar el resto del encuentro con diez jugadores.
Minutos más tarde, se produjo una nueva jugada polémica. El arquero de Cuba salió a cortar un avance argentino y tumbó a un delantero dentro del área, pero el árbitro decidió no sancionar penal. Placente volvió a hacer uso de la tarjeta verde y, nuevamente, la revisión oficial no modificó la decisión inicial.
En sólo 21 minutos de juego, Placente agotó sus dos oportunidades reglamentarias para recurrir a la revisión. Según el protocolo del FVS, cada equipo cuenta con dos solicitudes por partido, y una tercera si el encuentro se extiende a tiempo suplementario. En ambos casos, al no prosperar los reclamos, Argentina perdió la posibilidad de hacer más pedidos en lo que restaba del partido.
El sistema Football Video Support (FVS) se diferencia del VAR tradicional en varios aspectos clave. Mientras el VAR cuenta con un equipo de árbitros que revisa de manera automática y permanente cada jugada desde una sala técnica, el FVS entrega el control de la revisión a los entrenadores, quienes pueden solicitarla en el instante posterior a una acción conflictiva mostrando la tarjeta verde. Solo pueden revisarse situaciones consideradas decisivas, tales como goles, penales, expulsiones directas o confusión de identidad de jugadores. Reclamos por faltas menores o errores en saques laterales y de esquina quedan fuera del alcance de este sistema.
El procedimiento estipula que la tarjeta verde debe presentarse de forma inmediata tras la jugada en cuestión para evitar retrasos en el desarrollo del partido. Si, luego de la revisión, el árbitro decide modificar su fallo, el equipo no pierde la oportunidad de pedir nuevas revisiones; pero si la decisión permanece, pierde uno de sus cupos.
El estreno de la tarjeta verde en el Mundial Sub-20 de Chile representa un paso más en la búsqueda de mayor justicia y transparencia en el arbitraje, aunque su implementación inicial ya ha generado controversias y debates, como quedó evidenciado en el intenso debut de Argentina bajo la conducción de Diego Placente. El fútbol mundial observa atento esta nueva era, donde la palabra final ya no es solo del árbitro, sino que los técnicos también pueden influir en las decisiones más trascendentes del juego.