La deuda externa argentina alcanzó un nuevo hito histórico en el segundo trimestre de 2024, situándose por encima de los u$s300.000 millones, según datos publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El incremento, que representa una suba de u$s23.783 millones respecto al trimestre anterior, se dio en un contexto de persistente déficit de divisas y creciente asistencia financiera internacional.
El salto en el endeudamiento externo estuvo liderado por el sector público, que sumó compromisos por u$s18.480 millones. El factor determinante de este crecimiento fue el desembolso de u$s12.398 millones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), acompañado de créditos de otros organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).
En total, la deuda externa bruta argentina, medida a valor nominal, llegó a los u$s305.043 millones, la cifra más alta desde que el INDEC comenzó sus registros en 2006. De ese monto, u$s92.964 millones corresponden a obligaciones con organismos internacionales, de los cuales el Fondo Monetario Internacional concentra cerca del 60%, mientras que casi todo el resto se distribuye entre el BID, el BIRF y la CAF.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) también registró un alza en sus pasivos externos, incrementando la deuda en u$s2.380 millones. Esta suba se explica principalmente por la ampliación de una operación de REPO, acordada con siete bancos internacionales, que permitió al BCRA obtener financiamiento adicional.
Por fuera del sector público y el BCRA, el endeudamiento de sociedades no financieras, hogares e instituciones sin fines de lucro (ISFLSH) sumó u$s2.435 millones adicionales, mientras que el resto de los bancos elevó su deuda en u$s559 millones durante el trimestre. En contraste, otras sociedades financieras lograron reducir su exposición en u$s71 millones.
El informe del INDEC muestra también que el ratio entre deuda externa y exportaciones anuales volvió a crecer, superando el 300%. Si bien este indicador evidencia la presión que la deuda ejerce sobre la capacidad de pago del país, no alcanza los niveles críticos de fines de 2020 y principios de 2021, cuando llegó a superar el 400%.
Un dato relevante es que más del 70% de la deuda externa en moneda extranjera tiene vencimientos a largo plazo, lo que otorga cierto margen de maniobra en la gestión de los compromisos financieros. Sin embargo, la dinámica actual plantea desafíos en un escenario de escasez de dólares y persistente déficit de cuenta corriente, factores que obligaron al gobierno a recurrir nuevamente a la asistencia internacional para sostener las finanzas públicas.
La situación llevó a que, durante el período analizado, el Tesoro nacional realizara compras por u$s500 millones, aunque las reservas del Banco Central sufrieron una caída debido a los pagos efectuados a varios organismos multilaterales. En paralelo, desde la provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof solicitó la aprobación urgente de una Ley de Refinanciamiento, con el objetivo de hacer frente a la deuda heredada de la gestión anterior.
En suma, la combinación de mayores desembolsos de organismos internacionales, la extensión de operaciones de financiamiento con bancos extranjeros y la necesidad de cubrir compromisos previos colocan a la deuda externa argentina en un nivel sin precedentes, lo que deja en evidencia los desafíos que enfrenta el país en materia de sostenibilidad financiera y acceso a divisas.