La Champions League suele ofrecer encuentros espectaculares, pero pocos esperaban que el Real Madrid, quince veces campeón de Europa, tuviera que cruzar casi 7.000 kilómetros para medirse con un rival tan exótico como el Kairat Almaty. Este martes, la capital de Kazajistán será escenario de un duelo con tintes históricos, marcando la primera vez que el club kazajo recibe a un gigante europeo en la fase de grupos del máximo torneo continental.
Un destino inesperado y desafíos logísticos
El viaje del Real Madrid a Almaty no solo es inusual por su distancia —la ciudad está más cerca de Beijing que de Madrid—, sino también por las condiciones que rodean al estadio: enclavado a 850 metros de altitud y circundado por montañas de hasta 5.000 metros, el aire en la zona es notoriamente diferente. «Aquí, el aire es realmente diferente, estamos en la montaña, tiene un impacto», reconoció el defensor portugués Luis Mata, actualmente en el Kairat.
El club kazajo, que perdió 4-1 ante el Sporting de Lisboa en la primera fecha, ya estableció un récord: el de mayor distancia recorrida para un partido de Champions. Cuando finalice la fase de grupos, sus jugadores habrán sumado el equivalente a más de una vuelta al mundo, con unos 45.000 kilómetros de viaje acumulados. Para el Real Madrid, el traslado significó diez horas de vuelo, apenas días después de caer en el derbi madrileño frente al Atlético.
Un modesto debutante con historia propia
La plantilla del Kairat Almaty está lejos de las luces y los millones del club español. Mientras el Real Madrid está valorado en unos 1.400 millones de euros, el equipo kazajo apenas alcanza los 12,7 millones, según Transfermarkt. Sin embargo, el Kairat ha armado un plantel con jugadores nacionales, además de la presencia de algunos brasileños y portugueses.
Entre sus figuras destaca el joven arquero Sherhan Kalmurza, de solo 18 años, quien ya se lució atajando un penal en Lisboa. Pero la gran promesa es Dastan Satpaev, un mediocampista ofensivo de 17 años que el próximo año dará el salto al Chelsea inglés.
El camino del Kairat hacia esta histórica fase de grupos fue largo y complicado. Debió superar las fases previas eliminando a los campeones de Eslovenia, Finlandia, Eslovaquia y al Celtic de Escocia, sin recibir goles como local. Para el club, cuyo mayor logro previo había sido una fase de Conference League en 2021, ya se trata de una campaña memorable. «Ya hemos alcanzado el objetivo máximo, ahora toca disfrutar», resumió el capitán Alexandr Martynovich, de 38 años, con humor al sugerir que necesitarían «redes de pesca» para frenar a delanteros de la talla de Kylian Mbappé.
Un club bajo la sombra de la polémica
La historia del Kairat no solo se escribe en el campo. El club es propiedad de Kairat Boranbayev, un oligarca cercano al exmandatario Nursultán Nazarbayev. Boranbayev fue arrestado en 2022, en medio de una ofensiva del presidente Kassym-Jomart Tokayev para desplazar al antiguo régimen tras violentos disturbios que dejaron cientos de muertos. El empresario fue condenado por desviar fondos públicos mediante operaciones con gas ruso y liberado tras devolver millonarios activos al Estado, incluidos un campo petrolero, fábricas, centros comerciales y un hotel.
Un duelo desigual, pero de alto valor simbólico
En la previa, la diferencia entre ambos equipos es abismal. Kairat se ubica en el puesto 315 del ranking UEFA, mientras que Real Madrid es un gigante mundial. Sin embargo, la ciudad de Almaty vive una auténtica revolución ante la llegada de la constelación de estrellas blancas, incluido el joven argentino Franco Mastantuono, que podría ser titular debido a las bajas en defensa del equipo español.
Más allá del resultado, el partido quedará en la memoria de los kazajos y en la historia de la Champions como uno de los cruces más insólitos y llamativos de los últimos años.