A poco más de un mes de las elecciones legislativas nacionales, el escenario político argentino se encuentra en plena ebullición. El presidente Javier Milei, tras la reciente derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, ha optado por un giro estratégico, mientras la oposición peronista redobla su apuesta y busca mostrar unidad con movilizaciones y actos simbólicos en torno a la figura de Cristina Kirchner, a cien días de su detención domiciliaria.
Milei, autocrítica y relanzamiento de campaña
Luego del revés en Buenos Aires, donde el oficialismo quedó 14 puntos por debajo de Fuerza Patria, Milei reconoció públicamente la necesidad de repensar la estrategia. «Hicimos una autocrítica y rediseñamos la estructura política», aseguró, subrayando que ahora se involucra personalmente en la campaña. El mandatario encabezó un acto en Córdoba, provincia clave donde cerró la campaña presidencial en 2023, y desde allí lanzó duras críticas contra la oposición a la que acusó de «mentir» y buscar «romper todo» tras los resultados adversos.
En línea con su nuevo enfoque, el Gobierno decidió reflotar el Ministerio del Interior para centralizar la interlocución con las provincias y atender las demandas federales. Además, Milei y su círculo más cercano, integrado por su hermana Karina y el asesor Santiago Caputo, buscan retomar la «épica del 2023» y reimpulsar a La Libertad Avanza de cara a los comicios del 26 de octubre.
La respuesta opositora: unidad y movilización
En la vereda de enfrente, el peronismo bonaerense, liderado por Axel Kicillof, reunió a intendentes, legisladores y candidatos de Fuerza Patria en Ensenada para fortalecer la campaña y mostrar una imagen de cohesión. Kicillof remarcó la importancia de consolidar la unidad y defender los derechos de los bonaerenses, afirmando que el peronismo está «de pie, vivo y listo para representar los intereses del pueblo» en el Congreso Nacional.
Este mismo sábado, el peronismo se moviliza al departamento de Cristina Kirchner, ubicado en Constitución, para expresar su apoyo a la ex presidenta a 100 días de su detención domiciliaria. La visita de la actriz Esmeralda Mitre a Cristina, compartida en redes sociales, sumó un componente humanizador y testimonial a la campaña del espacio opositor, que busca capitalizar el descontento social y la crisis económica.
Cruces, spots y clima enrarecido
La campaña se intensifica con fuertes declaraciones y spots de todos los espacios. Desde el oficialismo, Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, insisten en que «no hay que aflojar» y llaman a que «el esfuerzo valga la pena», mientras que voces críticas como el exministro Pablo Avelluto o el candidato Jorge Taiana acusan al Gobierno de «crueldad» y «fracaso». Taiana, en sus actos, compara el modelo libertario con los proyectos de Martínez de Hoz, Cavallo y Macri, y advierte que Milei «es un estafador» por no cumplir sus promesas.
Las discusiones también atraviesan a la oposición: el PRO, tras la pelea entre Ritondo y Lospennato, evidencia fracturas que complican la estrategia electoral, mientras que espacios como Provincias Unidas, encabezados por Juan Schiaretti y Florencio Randazzo, buscan diferenciarse de la polarización entre libertarios y kirchneristas. Randazzo, por ejemplo, critica tanto a Milei como al kirchnerismo por el abandono de los trenes en Bahía Blanca, y Schiaretti pide al presidente «serenarse y mirar la realidad de los trabajadores y jubilados».
Economía y estrategia internacional
El contexto electoral se ve agravado por la inestabilidad financiera: la suba del dólar y el riesgo país generan preocupación. El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, hizo una autocrítica pública y pidió apoyo ciudadano para sostener el rumbo. A la par, Milei viajará a Nueva York para participar de la Asamblea General de la ONU y negocia con el Tesoro de Estados Unidos un préstamo que permita afrontar los pagos de deuda en 2026, intentando transmitir certidumbre a los mercados.
El sprint final
Con la boleta única de papel debutando en varias provincias y una campaña marcada por duros cruces, denuncias de irregularidades y un clima político de alta polarización, Argentina entra en la recta final hacia las legislativas. Todos los sectores apuestan a movilizar su base y convencer a los indecisos, en un escenario en el que la economía y las disputas de poder se entrelazan con la promesa –o la amenaza– de un giro en el rumbo nacional.
