El gobierno mexicano avanza hacia una modificación clave en su política comercial: prepara un aumento de aranceles sobre productos importados desde China, una iniciativa que busca proteger la industria nacional frente al avance asiático y, a la vez, responde a una demanda reiterada de Donald Trump para fortalecer la economía norteamericana.
De acuerdo a información exclusiva revelada por Bloomberg News a partir de fuentes con conocimiento directo, la administración de Claudia Sheinbaum está diseñando un nuevo paquete de ingresos que incluiría estos cambios para ser presentado en septiembre, como parte del proyecto de Presupuesto 2026. Entre los bienes alcanzados por la medida figuran automóviles, textiles y plásticos de origen chino, aunque el alcance podría expandirse a otros países asiáticos.
El objetivo central es doble. Por un lado, se pretende resguardar a los fabricantes locales frente a la llegada masiva de productos chinos subsidiados, que han generado preocupación en sectores industriales mexicanos. Por otro, la propuesta se inscribe en la estrategia de la Casa Blanca, impulsada por Trump, de construir una “Fortaleza Norteamérica” que limite las importaciones desde China y refuerce las cadenas productivas dentro del bloque conformado por México, Estados Unidos y Canadá.
Funcionarios estadounidenses han manifestado su respaldo a este giro en la política comercial mexicana. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, celebró la iniciativa y subrayó la importancia de consolidar la cooperación regional para enfrentar la competencia asiática. La medida constituye un guiño a la visión de Trump, quien recientemente anunció la proximidad de un “gran acuerdo comercial” entre ambos países, aunque las autoridades mexicanas aclararon que los detalles definitivos se conocerán el 8 de septiembre, cuando el proyecto sea presentado en el Congreso.
Sin embargo, la propuesta generó una inmediata reacción desde Pekín. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Guo Jiakun, expresó el rechazo de su gobierno a cualquier restricción comercial impuesta bajo presión externa. Además, instó a México y a los demás países involucrados a mantener su independencia a la hora de tomar decisiones y a resolver los asuntos bilaterales de manera adecuada.
En este contexto, México da un paso importante hacia una mayor alineación con los intereses de Estados Unidos, en plena escalada de disputas comerciales a nivel global. La iniciativa podría tener repercusiones significativas tanto a nivel interno, al impactar en sectores industriales y consumidores, como en la relación con sus principales socios económicos.
Por ahora, los detalles sobre los porcentajes de aumento en los aranceles no han sido definidos públicamente, y se espera que el borrador definitivo sea presentado antes del 8 de septiembre. La comunidad empresarial y los expertos en comercio internacional siguen de cerca los movimientos del gobierno mexicano, atentos a los posibles efectos en la dinámica comercial regional y global.