La relación entre el presidente Javier Milei y el ex mandatario Mauricio Macri ingresó en una nueva etapa de diálogo, tras un extenso período de distanciamiento que se había prolongado por más de un año. La semana pasada, ambos líderes mantuvieron una breve conversación a través de WhatsApp, en lo que representó el primer intercambio sobre asuntos de coyuntura desde agosto de 2024.
Este acercamiento fue impulsado por el propio Macri, quien se puso a disposición de Milei en medio de un escenario político marcado por la competencia electoral entre La Libertad Avanza y el PRO en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. La charla permitió limar asperezas y reafirmar el apoyo político que el ex presidente le ha brindado al actual jefe de Estado, especialmente en los últimos días, cuando Macri manifestó públicamente que no desea que al Gobierno le vaya mal.
De la cercanía a la distancia
La relación entre ambos líderes había mostrado su mayor grado de sintonía a mediados del año pasado, período en el que compartieron varias cenas en la Quinta de Olivos, famosas por las «milanesas con papas fritas». Sin embargo, esa afinidad se vio interrumpida en agosto de 2024, fecha del último encuentro cara a cara registrado entre los dos. Desde entonces, el contacto se limitó a saludos ocasionales en cumpleaños y no hubo diálogo sobre temas relevantes hasta este reciente intercambio virtual.
Disputas electorales y enojos cruzados
Detrás de la frialdad entre Macri y Milei se esconden tensiones surgidas durante la campaña electoral en la Ciudad de Buenos Aires. Macri no digirió bien el intento del oficialismo nacional de debilitar al PRO durante las elecciones legislativas, especialmente en la contienda que consagró a Manuel Adorni y en la que el espacio macrista quedó relegado al tercer lugar.
No obstante, Macri priorizó la construcción de una alianza electoral tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires, lo que permitió que el PRO ubicara candidatos propios en las listas libertarias: tres diputados en la provincia y dos en la capital. Por su parte, Milei también arrastraba un malestar con Macri —y en particular con Jorge Macri— por la contratación del consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí para la campaña porteña, el mismo asesor que había trabajado con Sergio Massa en la elección presidencial de 2023.
Visión sobre el gabinete y la economía
En el plano económico, Macri ha valorado positivamente la labor de los ministros Luis Caputo y Federico Sturzenegger, ambos integrantes de su propio equipo durante el 2019. El ex presidente ponderó su desempeño en la estabilización de la inflación y el control del dólar, factores clave en la coyuntura actual.
Macri también se mostró conforme con el reciente acuerdo económico alcanzado por el Gobierno con el Tesoro de Estados Unidos, un convenio estimado en 20 mil millones de dólares. Este pacto se selló tras semanas marcadas por una fuerte volatilidad cambiaria, con el dólar superando los 1.500 pesos y el Riesgo País escalando hasta los 1.400 puntos básicos, para luego registrar una baja significativa.
Diferencias y señales de gobernabilidad
Las principales diferencias de Macri con el actual oficialismo radican en los modos de Milei y la influencia de ciertos funcionarios, entre ellos los hermanos «Lule» y Martín Menem, así como el asesor presidencial Santiago Caputo, con quienes el ex presidente ha tenido desencuentros.
El reciente contacto entre Milei y Macri apunta no solo a recomponer el vínculo personal, sino también a fortalecer la imagen de gobernabilidad del Ejecutivo, que busca consolidar el respaldo de su principal socio político en la primera mitad del mandato. No es casual que Macri se haya dejado ver la semana pasada junto a Guillermo Francos, jefe de Gabinete de Milei, durante un acto en la embajada de Arabia Saudita, donde ambos se fotografiaron.
El diálogo reanudado entre ambos líderes abre la puerta a una nueva etapa en la relación entre el oficialismo y el PRO, en un contexto en el que la unidad política se perfila como un factor clave para la estabilidad del Gobierno.