La actividad industrial argentina continúa sin encontrar señales de recuperación y, según el último informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), suma ya trece meses consecutivos sin lograr una expansión sostenida. Los resultados del Monitor de Desempeño Industrial (MDI), publicados en agosto, exponen un panorama preocupante para el sector manufacturero, donde la debilidad de la demanda interna y el avance del contrabando se consolidan como los principales obstáculos.
De acuerdo con la encuesta realizada entre el 4 y el 28 de agosto por la UIA, que abarcó a 787 empresas de diferentes regiones, tamaños y rubros, el índice de actividad industrial se ubicó en 45,3 puntos durante julio. Este valor permanece por debajo del umbral que indica expansión y confirma una tendencia negativa que se extiende desde hace más de un año.
Si bien la comparación con el mismo mes del año anterior muestra una leve mejora, la evolución del índice se mantuvo estable respecto al relevamiento previo, sin señales de un repunte contundente luego de la importante caída registrada en enero. El análisis de las principales variables del sector revela que predominan los datos adversos: el 36,3% de las empresas reportó una reducción en su producción respecto al promedio del segundo trimestre, mientras que solo el 21,8% logró incrementar sus niveles productivos.
Las ventas también reflejaron el deterioro del contexto: el 43,5% de las compañías experimentó una baja en sus operaciones, y únicamente el 18,6% mostró incrementos. El frente externo tampoco trajo alivio, ya que el 30,5% de las firmas encuestadas informó caídas en sus exportaciones, frente a tan solo un 16,6% que registró subas.
El empleo industrial se encuentra bajo presión. El 24,4% de las empresas admitió haber reducido su plantilla, alcanzando así el porcentaje más elevado de la serie, comparable con los niveles observados en abril del año pasado. Además, el informe muestra que el número de compañías que implementaron recortes de personal se incrementó de manera constante en las últimas cuatro encuestas, ubicándose en el 19,4%.
La incertidumbre sobre el futuro se extiende entre los empresarios. En julio, el optimismo respecto a la evolución futura de la economía se moderó considerablemente: solo el 48,6% espera mejoras en los próximos meses, una caída significativa frente al 57,8% del relevamiento anterior. La principal preocupación es la retracción de la demanda interna, señalada por el 40,1% de los encuestados, seguida por el aumento de los costos de producción, que inquieta al 21,4%.
El contrabando emerge como otro factor de peso en el mal desempeño del sector. Más de la mitad de las empresas consultadas advirtió por el crecimiento de la oferta informal de productos similares a los que fabrican, lo que erosiona aún más la competitividad y el volumen de ventas de la industria formal.
El acceso al financiamiento tampoco escapa a las dificultades: el 39,6% de las firmas manifestó la necesidad de recurrir a créditos bancarios, pero el 42,8% de ese grupo reconoció que no pudo obtener los fondos requeridos en la magnitud necesaria.
La encuesta de la UIA, que incluyó 19 preguntas, pone en evidencia la compleja situación que atraviesa la industria argentina. Con indicadores en rojo en producción, ventas, empleo y exportaciones, y con la preocupación creciente por la caída de la demanda y el avance del contrabando, el sector enfrenta un escenario desafiante y, por ahora, sin señales claras de recuperación.