En un contexto de creciente presión financiera, el economista Juan Carlos De Pablo, una de las voces más influyentes para el presidente Javier Milei, realizó contundentes declaraciones acerca de la actualidad económica argentina. Sus palabras, que mezclaron respaldo a la política cambiaria y fuertes cuestionamientos sobre el manejo de la deuda y la comunicación gubernamental, resonaron en un momento de incertidumbre sobre la estabilidad de las reservas del Banco Central y el rumbo económico del país.
El jueves pasado, el Banco Central intervino en el mercado cambiario vendiendo 379 millones de dólares para intentar contener el alza del dólar, en medio de una caída de los bonos y un riesgo país que rozó los 1.500 puntos. Consultado sobre la capacidad de las reservas para sostener esta política hasta las elecciones, De Pablo fue tajante: «Lo sabe Dios», expresó, poniendo en duda que las arcas del Banco Central sean suficientes para mantener la estrategia oficial.
«No soy un especialista en reservas, pero lo relevante es que el Gobierno cumplió con lo que prometió: si el dólar llegaba al techo, iban a vender, y eso hicieron», explicó el economista en diálogo con Radio El Destape. De Pablo también destacó que fue positivo que la administración de Milei respetara la promesa de defender la banda cambiaria, tal como había afirmado el ministro de Economía, Luis Caputo, al asegurar que se utilizarían todas las reservas necesarias para evitar que la divisa supere el límite establecido. «Me hubiese sorprendido si no hubiesen vendido», remarcó, valorando la coherencia con las reglas anunciadas.
No obstante, De Pablo fue especialmente crítico con la postura del ministro Caputo respecto a los vencimientos de deuda previstos para enero. Mientras desde el Palacio de Hacienda se aseguró que el equipo económico trabaja para garantizar los pagos, De Pablo cuestionó la falta de definiciones claras y calificó la actitud como «una insensatez». «Si no sabe cómo se va a pagar, no debería decirlo en público. Una cosa es abonar los intereses y otra es afrontar los vencimientos de capital. Pedirle esfuerzos extraordinarios a los argentinos para pagar la deuda no tiene sentido», sentenció.
El economista sugirió alternativas concretas para evitar un escenario de cesación de pagos: «El Gobierno va a tener que buscar fondos frescos, emitir nuevos bonos o negociar con los principales acreedores para modificar algunos títulos. Si ninguna de estas opciones funciona, la única alternativa será declarar el default».
De Pablo tampoco compartió el optimismo de Milei, quien recientemente afirmó en cadena nacional que «lo peor ya pasó» para la economía argentina. A su entender, este tipo de declaraciones carecen de sustancia y no ofrecen certezas a la población. «Los presidentes siempre dicen que lo peor ya pasó y los ministros de Economía que no van a devaluar. Esas frases no tienen valor. Si la peor parte quedó atrás o no, solo lo sabrán los historiadores dentro de medio siglo», concluyó con escepticismo.
Las declaraciones de De Pablo reflejan las dudas que persisten en torno a la sostenibilidad de la política cambiaria y la solidez para enfrentar los compromisos de deuda, en medio de un escenario en el que la volatilidad financiera y las expectativas de los mercados no dan tregua. Mientras el Gobierno defiende su estrategia y asegura que cuenta con las herramientas para evitar una crisis cambiaria, voces como la del economista advierten sobre la necesidad de mayor claridad en la comunicación y la urgencia de encontrar soluciones concretas para evitar un nuevo episodio de default.