Desde su regreso en 2019, los Jonas Brothers han encontrado la fórmula perfecta para mantener cautivo a su público: apelar a la nostalgia y sorprender en cada show. Tras años de carreras individuales, el trío estadounidense volvió a unirse con un nuevo álbum, retomando su lugar en los escenarios más importantes del mundo y confirmando el fervor de sus fanáticos, incluso con una multitudinaria visita a la Argentina en 2023.

Sin embargo, la emoción inicial de verlos juntos nuevamente parecía estar menguando. Con el lanzamiento de su más reciente música y el inicio de su segunda gira consecutiva –como es habitual, en los Estados Unidos– surgieron interrogantes sobre si el grupo podría sostener el interés de su audiencia. Muchos seguidores sentían que la propuesta comenzaba a repetirse y que el efecto sorpresa del reencuentro ya se había agotado.

En su anterior tour, los Jonas Brothers supieron emocionar a los fans con guiños a sus inicios: interpretaron temas de sus primeros discos y rescataron canciones de Camp Rock, la película de Disney Channel que los catapultó a la fama hace más de 17 años. Pero conscientes de que debían ir un paso más allá, apostaron a nuevas sorpresas para mantener vivo el entusiasmo.

La estrategia no tardó en hacerse notar. En uno de los primeros conciertos de esta nueva gira, el grupo sorprendió invitando al escenario a Demi Lovato, su compañera en Camp Rock y con quien compartieron una gira mundial en 2009, que incluyó un show en River Plate. El reencuentro fue especialmente emotivo, ya que durante años existió una rivalidad pública entre Lovato y los hermanos. Juntos interpretaron éxitos como «This is me» y «Wouldn’t Change a Thing» en Nueva Jersey, convirtiéndose de inmediato en tendencia y generando un aluvión de comentarios en redes sociales.

Lejos de tratarse de un hecho aislado, este tipo de reencuentros se reveló como parte de una elaborada movida de marketing destinada a conquistar a los jóvenes adultos que crecieron con estos ídolos. La gira fue sumando más momentos inesperados: en otra fecha, los Jonas compartieron el escenario con toda su familia, incluyendo a sus padres, su hermano menor Frankie (quien participó en la serie de Disney Channel) y las hijas de Kevin, el mayor del trío. La emoción llegó al máximo cuando Kevin, quien nunca antes había cantado solo en vivo, se animó a presentar su propia canción frente al público, un hecho inédito que conmovió tanto a sus hermanos como a los fans.

Estos gestos familiares y reencuentros avivaron el interés y aumentaron la viralidad de sus conciertos, que volvieron a instalarse en el centro de la conversación en redes sociales. Pero las sorpresas no terminaron ahí: durante uno de los shows, Fifth Harmony –la popular banda femenina de 2015– realizó su primera reunión en años, aunque sin Camila Cabello. Además, los Jonas invitaron al escenario a 5 Seconds of Summer, otra boy band exitosa de la década pasada.

El clima de expectativa es tal que los usuarios comenzaron a sugerir nuevas colaboraciones soñadas, siendo la más pedida la de reunir a Demi Lovato, Miley Cyrus y Selena Gomez junto a los Jonas Brothers, rememorando la época dorada de Disney Channel con el tema “Send it on”. Si bien esta reunión parecía imposible tiempo atrás, la sucesión de sorpresas recientes mantiene viva la esperanza entre los seguidores.

Mientras tanto, la estrategia de los Jonas Brothers es un éxito rotundo: las funciones se agotan y jóvenes adultos, temerosos de perderse un momento histórico para su generación, asisten masivamente a los conciertos. Así, el grupo logra reinventarse, fusionando la nostalgia con la innovación y consolidando una de sus giras más exitosas hasta la fecha.