A pocos días de la contundente derrota electoral que sufrió el oficialismo en la provincia de Buenos Aires, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ofreció una autocrítica más profunda respecto a la estrategia desplegada por el Gobierno de Javier Milei. En declaraciones radiales, Francos admitió que nacionalizar la elección bonaerense representó un desacierto para las aspiraciones libertarias.
“Convertir una disputa de alcance provincial en un plebiscito nacional fue un error”, reflexionó Francos, quien así fue más allá que el propio Milei, que en la noche de la derrota había aludido a “errores políticos” sin detallar a qué se refería. La declaración de Francos marca un giro en el discurso oficial, que hasta el momento se había centrado en minimizar la magnitud del revés sufrido en el distrito más poblado del país.
El funcionario también elogió la estrategia de Axel Kicillof, gobernador bonaerense y vencedor en los comicios, al separar la elección provincial de la nacional. Según Francos, este movimiento permitió a Kicillof “despegarse del kirchnerismo y consolidarse como el referente más visible del peronismo”. Esta jugada táctica del oficialismo provincial fue calificada por Francos como “inteligente”, reconociendo así el impacto que tuvo en el resultado final.
Francos, por otra parte, no descartó una eventual recomposición de alianzas de cara a las elecciones nacionales de octubre. En este sentido, subrayó la importancia de mantener el diálogo abierto con figuras centrales de la política opositora, haciendo hincapié en Mauricio Macri. “Siempre es relevante conversar con Macri, que trasciende a su propio partido, así como con los dirigentes del PRO que han cooperado en esta campaña y en otros puntos del país”, afirmó. Para el jefe de Gabinete, la contienda que se avecina será “muy diferente” a la reciente elección bonaerense.
El propio Francos vinculó el resultado adverso con la debilidad numérica que enfrenta el oficialismo en el Parlamento, situación que, según su análisis, ha dificultado la gestión y permitido el crecimiento de la oposición. “A pesar de haber triunfado en las elecciones generales, nuestra posición en el Congreso es frágil y eso nos ha condicionado”, reconoció.
En otro tramo de la entrevista, Francos denunció la existencia de una campaña para socavar la imagen pública de la gestión de Milei. “No tengo dudas de que hay quienes buscan desestabilizar la percepción que la sociedad tiene del Gobierno”, sostuvo. Sin embargo, el funcionario aclaró que más allá de “algunos errores” cometidos por el Ejecutivo, no existe fundamento para suponer un final anticipado del mandato: “No hay razón para pensar que el Gobierno está terminado; por el contrario, hemos impulsado cambios muy importantes en la Argentina”.
Consultado sobre las voces que auguran dificultades para que el Gobierno llegue a octubre, Francos fue terminante: “Esa postura es absolutamente antidemocrática y no respeta la voluntad popular. El pueblo argentino tendrá la oportunidad de juzgarnos en su momento”.
Por ahora, el Gobierno de Milei evalúa los pasos a seguir tras el golpe electoral en Buenos Aires, buscando recomponer su estrategia y fortalecer alianzas de cara a los desafíos que plantea el calendario electoral. Mientras tanto, desde la Casa Rosada se insiste en que la gestión continuará y que los cambios impulsados serán evaluados por la ciudadanía en el tiempo debido.