El Gobierno ha intervenido en el conflicto que amenazaba con paralizar el tráfico aéreo durante el comienzo de las vacaciones de invierno, al dictar la conciliación obligatoria para los pilotos agrupados en la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). La medida preventiva fue anunciada este martes y se extiende a todas las empresas del sector, afectando a los pilotos bajo el Convenio Colectivo de Trabajo 800/22.
La decisión se tomó tras una audiencia realizada en la mañana, donde se instruyó a la APLA y a sus representados a suspender cualquier acción de fuerza durante el periodo de conciliación. De esta manera, se espera que los servicios continúen de manera normal y habitual. La conciliación entra en vigor el 19 de julio, justo cuando estaba programada la huelga.
Esta intervención gubernamental responde a una solicitud de Aerolíneas Argentinas, que forma parte de la Cámara de Líneas Aéreas de la República Argentina (CLARA). Según lo comunicado por el ministerio de Capital Humano, liderado por Sandra Pettovello, se estableció un periodo conciliatorio de 15 días.
El conflicto comenzó cuando la APLA informó sobre un paro de 24 horas en respuesta a un decreto que recorta las horas de descanso de los trabajadores, lo que, según ellos, pone en riesgo la seguridad aérea. La APLA responsabiliza a las autoridades por cualquier consecuencia derivada de esta medida.
Desde el Gobierno, se advirtió que el paro afectaría a más de 300 vuelos nacionales e internacionales y a 40.000 pasajeros, calificando el impacto como un “perjuicio enorme” para los viajeros y las aerolíneas.
La APLA también planeaba una movilización en el aeroparque Jorge Newbery el 21 de julio, pero ahora, con la conciliación obligatoria en marcha, los gremios de pilotos deben suspender las medidas de protesta previstas para el próximo sábado.