En una jornada marcada por el enfrentamiento entre el Congreso y el Ejecutivo, el Senado de la Nación aprobó por amplia mayoría la insistencia en la ley que establece la distribución automática y por coparticipación de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las provincias, desestimando el veto presidencial de Javier Milei. Esta decisión, que contó con 59 votos a favor, 9 en contra y 3 abstenciones, representa el tercer revés legislativo para el mandatario en apenas dos días, luego de que Diputados rechazara sus vetos a la ley Garrahan y al financiamiento universitario.
El proyecto, originado en una inusual alianza entre los 23 gobernadores y el jefe de gobierno porteño, busca modificar el mecanismo de asignación de los ATN, garantizando su reparto automático según los coeficientes de la Ley de Coparticipación Federal e incorporándolos a la Ley Permanente de Presupuesto. La iniciativa, que ya había sido aprobada con holgura en ambas cámaras antes de ser vetada por Milei, solo necesita ahora la ratificación de Diputados para que el veto quede definitivamente sin efecto.
Los ATN, que se financian con el 1% de la coparticipación federal y el 2% del impuesto a las ganancias, están destinados a asistir a las provincias en situaciones de emergencia o desequilibrios financieros. Sin embargo, los mandatarios provinciales denuncian que el fondo es sub-ejecutado de manera sistemática: pese a que los aportes existen y los contribuyentes contribuyen a través de impuestos nacionales, los recursos no llegan a las provincias en un contexto de recortes presupuestarios y caída de ingresos coparticipables.
Durante el debate, los senadores que respaldaron la ley remarcaron que la reforma no afecta el equilibrio fiscal ni el destino de los fondos, sino que simplemente exige el cumplimiento de la ley y asegura la distribución de los recursos que corresponden a las provincias. El chaqueño radical Víctor Zimmermann, quien se sumó a la mayoría tras ausentarse en la votación anterior, enfatizó que el proyecto otorga al Gobierno Nacional el 43,34% de los recursos y distribuye automáticamente el resto, sin afectar la atención de emergencias.
La sesión estuvo marcada por el cruce con el ministro de Economía, Luis Caputo, quien desde las redes sociales acusó al Congreso de intentar “romper el equilibrio fiscal” y “voltear al presidente”. Caputo denunció que los legisladores buscan recuperar antiguos privilegios y llamó a la ciudadanía a respaldar al oficialismo en las próximas elecciones. Las respuestas en el recinto no se hicieron esperar: el pampeano Daniel Bensusán aseguró que la ley no incrementa costos y que el Ejecutivo utiliza los fondos provinciales para sostener las cuentas nacionales, acumulando un remanente de 1,5 billones de pesos.
El radical Martín Lousteau cuestionó la falta de transparencia y el uso político de los fondos, reclamando la presencia del ministro en el Congreso para explicar el presupuesto. La rionegrina Mónica Silva, en tanto, graficó la desconfianza hacia el oficialismo a través de la fábula del escorpión y la rana, sugiriendo que los acuerdos resultan imposibles cuando se quiebra la confianza.
Ni siquiera las maniobras de último minuto del Gobierno, que incluyeron el reparto de $12.500 millones en ATN a cuatro provincias, lograron modificar el resultado. Senadores aliados de gobernadores que tejieron acuerdos electorales recientes con La Libertad Avanza optaron por abstenerse o votar a favor de la ley, dejando al oficialismo cada vez más aislado en el Congreso.
El avance de esta ley y el rechazo a los vetos presidenciales marcan un hecho inédito: la unidad de todos los gobernadores en defensa de los recursos provinciales y un creciente desafío al control centralizado de los fondos por parte del Ejecutivo. Mientras tanto, los ojos están puestos en la Cámara de Diputados, que deberá decidir si deja sin efecto el veto de Milei y consagra definitivamente la nueva distribución automática de los ATN.