El Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) es un pilar fundamental para el ingreso de millones de argentinos, no solo para quienes tienen un empleo formal, sino también para quienes dependen de prestaciones sociales y programas estatales. Sin embargo, septiembre de 2025 llega sin modificaciones en el monto respecto al mes anterior, generando preocupación sobre el poder adquisitivo de los trabajadores frente a una inflación persistente.
La confirmación llegó a través de la Resolución 25/2025, publicada recientemente en el Boletín Oficial. Esta resolución, emanada del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, consolidó los valores acordados previamente entre representantes gubernamentales, sindicatos y cámaras empresariales. Así, el SMVM para quienes cumplen una jornada laboral completa de 48 horas semanales se mantiene en $322.200 mensuales, mientras que el valor por hora continúa en $1.610.
La decisión de no aumentar el salario mínimo en septiembre se da en un contexto económico desafiante, donde la inflación sigue siendo una de las principales preocupaciones. Si bien el monto actual refleja la última actualización pactada en agosto, la falta de un nuevo ajuste en septiembre genera inquietud acerca de la capacidad de este ingreso para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias.
El alcance del SMVM va mucho más allá del salario que perciben los empleados registrados. Su monto es un parámetro clave para definir los valores de la Prestación por Desempleo, cuyo monto se calcula en un rango que va del 50% al 100% del SMVM vigente. Además, influye indirectamente en programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otras ayudas estatales, ya que determina topes y compatibilidades.
La evolución del salario mínimo a lo largo de 2025 muestra una serie de incrementos escalonados. En abril, el SMVM estaba fijado en $302.600. En mayo, subió a $308.200; en junio, a $313.400; en julio, a $317.800; y en agosto, alcanzó el actual valor de $322.200. El ajuste total acumulado entre abril y septiembre fue de casi $20.000. No obstante, este aumento queda opacado por la aceleración de los precios durante el mismo período, lo que plantea serios interrogantes sobre la capacidad del salario mínimo para mantener el poder de compra.
En ese sentido, diversos analistas advierten que la pérdida salarial real podría ser aún mayor si se considera la nueva canasta de consumo utilizada para medir la inflación. Mientras la economía espera los efectos del reciente aumento del dólar sobre los precios, el estancamiento del SMVM podría agravar el deterioro del ingreso real de los sectores más vulnerables.
Para muchos trabajadores, el salario mínimo se ha convertido en una referencia más simbólica que efectiva, ya que en la práctica resulta insuficiente para cubrir las necesidades cotidianas. A su vez, la actualización del SMVM suele ser un tema central de debate entre el Gobierno, los sindicatos y el sector empresarial, ya que impacta de manera directa en paritarias, jubilaciones mínimas y la estructura de asistencia social.
En conclusión, la decisión de mantener sin cambios el salario mínimo en septiembre de 2025 reaviva el debate sobre la eficacia de las políticas de protección del ingreso frente a la inflación. Mientras tanto, millones de argentinos ven con preocupación cómo el monto que debería garantizarles un piso de dignidad se mantiene inalterado en un contexto de precios crecientes.