El acceso a la vivienda propia en Argentina está atravesando uno de sus momentos más críticos. La posibilidad de obtener un crédito hipotecario se complica día a día debido a un notable incremento en las tasas de interés reales. Según datos recientes, la tasa de los préstamos hipotecarios vinculados al índice UVA ha pasado del 3,5% al 11% anual, lo que implica un salto de más del triple en muy poco tiempo.
Este aumento en el costo del financiamiento se da en un contexto de inflación decreciente, lo que provoca que la tasa de interés real (es decir, la tasa que realmente paga el tomador del crédito, descontando la inflación) sea la más alta registrada desde el lanzamiento de los créditos UVA en 2016. Para los analistas, este fenómeno podría traducirse en una fuerte retracción de la demanda y, en consecuencia, en una baja significativa en la cantidad de escrituras de compraventa de viviendas en los próximos meses.
En los últimos años, los préstamos hipotecarios habían perdido relevancia como herramienta para acceder a la vivienda, principalmente por la inestabilidad económica y la alta inflación. Sin embargo, la reciente reaparición de créditos ajustados por UVA y el lanzamiento de nuevas líneas por parte de los bancos había generado cierta expectativa en el mercado inmobiliario. Pero el rápido aumento de las tasas reales, que pasó de niveles negativos o casi neutros a valores ampliamente positivos, volvió a desalentar a potenciales compradores.
Expertos del sector advierten que el encarecimiento del crédito hipotecario impacta de lleno en la demanda. Para un préstamo promedio de $50 millones a 20 años, la cuota inicial saltó de $434.000 a $580.000 en apenas dos meses, según cifras relevadas por el mercado. Además, el ingreso necesario para acceder a ese crédito pasó de $1,7 millones a $2,3 millones mensuales, una cifra que deja fuera del sistema a una amplia mayoría de la clase media.
La situación se agrava por la incertidumbre económica, que dificulta proyectar la evolución de las cuotas y del valor de los inmuebles. Si bien la inflación está en retroceso, el incremento de las tasas reales hace que los créditos UVA resulten menos atractivos, ya que los tomadores deben afrontar pagos mensuales elevados, con la expectativa de que la actualización por inflación no compense el costo financiero.
Desde el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires anticipan una caída en la cantidad de escrituras durante el segundo semestre del año. El presidente de la entidad, Jorge De Bártolo, señaló que la suba de las tasas y la baja en la capacidad de ahorro de las familias están enfriando el mercado de compraventa de propiedades. Además, remarcó que la relación entre el valor de las cuotas y los salarios se ha vuelto cada vez más desfavorable.
En este escenario, los bancos también muestran cautela. Si bien hay entidades que continúan ofreciendo créditos hipotecarios, la demanda se redujo notablemente en las últimas semanas. Ejecutivos del sector financiero reconocen que el ritmo de aprobación de nuevos préstamos es mucho menor al esperado, y que la mayoría de las operaciones corresponde a segmentos de altos ingresos o a personas que ya tienen parte del monto ahorrado.
La expectativa de una baja en las escrituras de compraventa repercute directamente en el sector inmobiliario, que venía mostrando una leve reactivación tras años de estancamiento. Ahora, la incertidumbre sobre el futuro de los créditos hipotecarios obliga a desarrolladores y agentes inmobiliarios a replantear sus estrategias.
En conclusión, el sueño de la casa propia se aleja para la mayoría de los argentinos. El aumento de las tasas reales de los créditos hipotecarios y la pérdida de poder adquisitivo complican aún más el acceso a la vivienda. Los analistas prevén que, de no revertirse esta tendencia, la caída en la cantidad de escrituras será una de las principales consecuencias en el corto plazo.