Cada 4 de septiembre, Argentina celebra el Día de la Secretaria, una jornada dedicada a reconocer la importancia de quienes desempeñan funciones administrativas fundamentales en empresas y organismos públicos. Esta fecha, aunque firmemente instalada en la cultura local, tiene un origen poco definido, con varias versiones sobre por qué se eligió ese día. Sin embargo, el foco actual está puesto en destacar el valor de su labor cotidiana, marcada por la organización, la confianza y la efectividad.
Salarios: Diferencias entre el sector público y privado
Hoy el tema salarial ocupa un lugar central en la agenda de quienes ejercen el secretariado. Según fuentes del Ministerio de Capital Humano, una secretaria en el ámbito estatal percibe un sueldo base mínimo de $414.360,78. Por su parte, en el sector privado, el salario medio supera ampliamente esa cifra, llegando a $1.012.831 netos mensuales, de acuerdo con datos relevados por la consultora de recursos humanos Bumeran. También hay registros de sueldos base en el sector privado que rondan los $400.000.
Una característica particular de esta profesión es la ausencia de un gremio específico que regule sus condiciones laborales. En el sector público, las secretarias dependen directamente de las disposiciones del Poder Ejecutivo. En la actividad privada, los salarios suelen determinarse por comparación con otras posiciones administrativas, como las que establece el convenio de la Secretaría de Comercio, lo que genera dispersión y falta de uniformidad en las remuneraciones.
Una profesión en transformación
La figura de la secretaria ha evolucionado significativamente a lo largo de los años. De ser un puesto vinculado principalmente a tareas de mecanografía y apoyo básico, el rol se amplió hacia funciones de mayor responsabilidad. En la actualidad, quienes se dedican a este trabajo manejan agendas complejas, coordinan reuniones ejecutivas, asisten en la toma de decisiones, gestionan documentos clave y conocen en profundidad protocolos institucionales. La profesionalización del secretariado es evidente y se refleja en la diversidad y el alcance de sus tareas diarias.
Otro aspecto relevante es la transformación en la composición de género de quienes ocupan este puesto. Tradicionalmente asociado a las mujeres, hoy el secretariado es ejercido por personas de cualquier género, poniendo el acento en la valoración de competencias, habilidades y experiencia por encima de estereotipos y prejuicios.
Reconocimiento más allá de una fecha
El Día de la Secretaria no solo invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la profesión, como la falta de representación sindical o la disparidad salarial entre sectores, sino que también pone en primer plano la necesidad de jerarquizar un trabajo que resulta esencial para el funcionamiento eficiente de organizaciones públicas y privadas. En tiempos donde la inflación y los cambios en las canastas de medición impactan de lleno sobre el poder adquisitivo, el debate sobre las condiciones laborales de las y los secretarios cobra especial relevancia.
Aunque los aumentos paritarios de septiembre han quedado por debajo de la inflación, según advierten algunos especialistas, la falta de un marco regulatorio propio hace que la situación salarial de la mayoría de las secretarias dependa de la coyuntura económica y de acuerdos particulares en cada empresa u organismo.
En suma, el Día de la Secretaria trasciende la celebración simbólica. Es una oportunidad para visibilizar y reconocer una función que, lejos de ser secundaria, es pilar en la organización y la toma de decisiones cotidianas en todos los ámbitos laborales.