El presidente Javier Milei enfrenta el momento más delicado desde su llegada al poder, según lo describe un reciente análisis publicado por el prestigioso Financial Times. A seis semanas de las elecciones legislativas de medio término, tanto inversores como votantes se muestran inquietos ante los múltiples frentes abiertos que complican la gestión del mandatario argentino.

El artículo firmado por Ciara Nugent desde Londres señala que, tras un primer año de gestión marcado por la baja de la inflación y un respaldo popular significativo a la política de austeridad, la situación ha cambiado radicalmente en los últimos meses. El clima político se enrareció a raíz de presuntas irregularidades que salpican a Karina Milei, hermana del presidente, sumado a una recuperación económica que se desacelera y un creciente distanciamiento con aliados legislativos. Todo esto desembocó en una caída de la imagen presidencial, que por primera vez se ubicó por debajo del 40 por ciento de aprobación.

La derrota reciente en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires resultó ser un punto de inflexión. De acuerdo al Financial Times, analistas e inversores advierten que el gobierno debe mostrar señales claras de recuperación en el corto plazo para evitar un deterioro mayor de la confianza, lo que podría traducirse en una corrida cambiaria o un rendimiento aún peor en las urnas. Milei aspira a ampliar su escasa representación en el Congreso para poder avanzar con su ambicioso programa de reformas de libre mercado, pero las señales actuales no son alentadoras.

Una fuente cercana al oficialismo, citada de forma anónima por el diario británico, reconoció que el revés electoral fue una «llamada de atención» para el presidente. «A Milei le gusta verse como un león imbatible, pero ahora el león ha recibido un baldazo de realidad», graficó el allegado, en referencia a la derrota de los libertarios en el mayor distrito electoral del país.

El Financial Times describe a Milei como un mandatario habitualmente combativo, pero que en esta ocasión se mostró visiblemente afectado tras el revés bonaerense, prometiendo una revisión profunda de sus estrategias. Tras la elección, el presidente implementó algunos ajustes en su gabinete y buscó acercarse, aunque de manera tenue, a los gobernadores provinciales. Estas señales de apertura generaron cierto alivio en los mercados: la deuda soberana argentina, que había alcanzado niveles críticos, registró una leve mejora.

Pese a ello, los desafíos se mantienen. Los gobernadores provinciales, conscientes de la debilidad del Ejecutivo, demandan recursos adicionales a cambio de su apoyo a las reformas oficiales, mientras Milei se resiste a cualquier concesión que ponga en riesgo su meta de equilibrio fiscal. En este contexto, la presión sobre el gobierno se intensifica, y la relación con aliados y opositores se vuelve cada vez más tensa.

De cara a las próximas elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre, el Financial Times estima que Milei podría mejorar su desempeño respecto a la reciente votación bonaerense. Los analistas coinciden en que alcanzar el 40 por ciento de los votos a nivel nacional sería clave para descomprimir la situación y recuperar la iniciativa política.

Un funcionario del gobierno, consultado por el diario británico, advirtió sobre la necesidad de adaptar las estrategias: «Deberíamos actuar con mayor pragmatismo. Sin aliados, la oposición aprovechará cualquier caída de popularidad para atacar». La capacidad del oficialismo para leer y responder a este complejo escenario será determinante en el corto plazo, tanto para la estabilidad económica como para el futuro político del presidente Milei.