El economista Aldo Abram, actual director ejecutivo de Libertad y Progreso, aportó una mirada crítica sobre el panorama económico y político argentino en una reciente entrevista radial. Sus declaraciones giraron en torno a la volatilidad del dólar, el papel del Banco Central y el impacto de las decisiones legislativas en la confianza del mercado, especialmente en la antesala de las elecciones de octubre.
Para Abram, la función principal del Banco Central es salvaguardar el valor del peso, asegurando una moneda confiable y estable. Señaló que, a diferencia de otros momentos críticos, la entidad ahora dispone de reservas netas que le permitirían enfrentar eventuales embestidas especulativas. «El Banco Central tiene hoy dólares propios y puede utilizarlos para evitar que se cruce una determinada barrera en el mercado cambiario», puntualizó. Sin embargo, advirtió que la confianza sigue siendo un bien escaso y difícil de recuperar en la Argentina.
El economista ilustró la fragilidad de la confianza con una frase heredada de su abuela: «La confianza y la muerte son dos cosas que se pierden y nunca se recuperan». Según Abram, aunque la gestión económica sea correcta durante un tiempo, los inversores no apuestan a que ese comportamiento se mantenga en el largo plazo. Esta desconfianza, planteó, no se debe solo a factores técnicos sino a una historia nacional marcada por incumplimientos y políticas erráticas.
En su análisis, Abram también lanzó duras críticas al Congreso, acusando a los legisladores de aprobar gastos sin definir previamente cómo se financiarán. «Las crisis en Argentina se gestaron así: el Estado termina quebrando, pero quienes sufren las consecuencias son siempre los ciudadanos», destacó. Recordó que durante décadas el recurso fácil a la deuda o la emisión monetaria desembocó en default, inflación y crisis cambiarias recurrentes.
La coyuntura política, a juicio de Abram, es hoy más determinante que la económica. «La mayor parte de la volatilidad actual es política», aseguró. Explicó que la incertidumbre respecto al resultado electoral en octubre pesa sobre las decisiones de los inversores y ahorristas. Si el electorado opta por «volver al pasado», según sus palabras, se profundizaría la fuga de capitales, la caída de la inversión y la recesión. Por el contrario, si se ratifica un cambio de rumbo, Abram cree que los problemas comenzarían a revertirse gradualmente.
En cuanto al régimen cambiario, el economista desestimó las propuestas de modificarlo en este momento. «Lo último que hay que hacer es romper las reglas propias, porque nadie confiará en nuevas reglas si ya se incumplieron las anteriores», enfatizó. Remarcó que, si bien el Banco Central hoy muestra solidez, la volatilidad persistirá hasta que la política ofrezca señales claras y definitorias.
Sobre la reciente suba de tasas, Abram fue contundente al señalar su efecto negativo en la actividad económica: «El aumento de tasas afecta la economía y estos meses serán recesivos hasta que se recupere la confianza». Sostuvo que la reducción de las tasas solo será posible una vez que la sociedad vuelva a confiar y ahorre en moneda local.
Finalmente, Abram describió el círculo vicioso que genera la incertidumbre: «Cuando aumenta el tipo de cambio, la gente se apresura a desprenderse de los pesos, lo que acelera la depreciación y la inflación. Este fenómeno se traslada primero a los precios mayoristas y luego al consumidor final». Como mensaje de cierre, el economista destacó la importancia de mantener un rumbo de esfuerzo y consistencia: «Si seguimos en ese camino, podremos alcanzar la estabilidad y el crecimiento. De lo contrario, la recesión y el estancamiento volverán a ser protagonistas».