Durante décadas, la presencia de futbolistas veteranos en el fútbol argentino era una rareza. Nombres legendarios como Ángel Labruna, quien se retiró a los 41 años en 1959, o Hugo Orlando Gatti, que defendió el arco de Boca hasta los 44 en 1988, eran vistos como auténticas excepciones a la regla. Sin embargo, el panorama ha cambiado: hoy en día, la longevidad deportiva se ha convertido en un fenómeno cada vez más común, con varios jugadores superando las cuatro décadas en la élite del fútbol local.

En la actualidad, el torneo Clausura cuenta con cuatro futbolistas activos mayores de 40 años. El defensor Juan Manuel Insaurralde, con 41, fue una de las figuras en la reciente victoria de Sarmiento sobre River en el Monumental. José Ernesto Sosa, de 40 años, sigue deslumbrando con su calidad en Estudiantes. Los arqueros Enrique Bologna (42, Defensa) y Jorge Carranza (44, Aldosivi) completan este selecto grupo, con Carranza estableciendo un nuevo récord de longevidad en la Primera División argentina.

De los 1064 futbolistas en los 30 planteles de la máxima categoría, solo estos cuatro superan los 40 años. No se espera que ningún otro jugador alcance esa marca antes de que termine la temporada. El siguiente en la lista es Enzo Pérez, de River, quien recién cumplirá 40 años en febrero del próximo año.

El envejecimiento de los planteles también se refleja en los porcentajes: actualmente, un 23% de los jugadores (245 futbolistas) tienen más de 30 años, y un 7% (71 jugadores) están entre los 35 y 39 años. Esta tendencia marca una diferencia notable respecto a décadas anteriores. Por ejemplo, en el Apertura 98, solo el 9,36% de los jugadores superaban los 30 años, mientras que en el Apertura 2008 la cifra era del 13,2%. En 2018, la proporción había llegado al 25%, aunque el número ha disminuido levemente en la actualidad, en parte por el debut de numerosos juveniles hacia el final del torneo.

Al analizar los equipos, Deportivo Riestra se destaca por contar con el mayor número de futbolistas mayores de 30 años: 15, aunque todos ellos se ubican entre los 30 y 34 años. El máximo referente en edad del plantel es Jonathan Herrera, con 34. Boca Juniors le sigue con 13 jugadores en ese rango etario, mientras que Lanús, River, San Martín de San Juan y Vélez suman 12 cada uno. Belgrano y Newell’s completan la lista con 11 futbolistas de más de 30 años.

Pese a esta presencia de veteranos, el 77% de los jugadores activos en la Primera División argentina son menores de 30 años, lo que ubica el promedio de edad del torneo en 26 años. Los planteles más experimentados son los de San Martín de San Juan (28 años y 4 meses) y Deportivo Riestra (28 años y 2 meses). En el extremo opuesto, Godoy Cruz ostenta el plantel más joven, con un promedio de 24 años y 1 mes, seguido por Talleres de Córdoba (24 años y 7 meses) y San Lorenzo (24 años y 9 meses).

Este fenómeno de la longevidad no es exclusivo de la Argentina: en la escena internacional, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, los máximos goleadores de la historia, siguen vigentes a edades avanzadas. El portugués, con 40 años, juega en el Al Nassr de Arabia Saudita y suma 948 goles en 1291 partidos. Por su parte, el rosarino, a los 38, brilla en el Inter Miami de Estados Unidos con 886 tantos en 1129 encuentros. Ambos continúan rompiendo récords y demostrando que la edad es solo un número cuando se trata de talento y pasión por el fútbol.

La presencia de futbolistas veteranos en la Primera División argentina, lejos de ser una excepción, se consolida como una tendencia creciente, impulsada por la profesionalización, el cuidado físico y la experiencia que aportan estos jugadores a sus equipos. El fútbol argentino, al igual que el mundial, celebra a sus inoxidables, quienes demuestran que la carrera profesional puede extenderse mucho más allá de lo que dictaba la tradición.