El ritmo de aumento de los precios en Argentina sigue siendo motivo de preocupación, especialmente para quienes hacen las compras diarias en supermercados. Los alimentos y bebidas, dos de los rubros más sensibles para el consumidor, volvieron a marcar incrementos notables en las primeras semanas de octubre, según datos relevados por consultoras privadas y organismos oficiales.
Mientras se aguardan las cifras oficiales de inflación de septiembre, que serán presentadas el martes 14 de octubre, los informes de consultoras ya anticipan un escenario complejo. De acuerdo con la firma LCG, los alimentos y bebidas registraron un aumento promedio del 1,4% durante la segunda semana de octubre. Un dato llamativo del informe es que, aunque el 80% de los productos no modificaron su precio, los incrementos se concentraron en una menor cantidad de artículos pero con alzas más marcadas.
El rubro que más sintieron los consumidores fue el de verduras, con un salto semanal del 3,8%. Las bebidas e infusiones también sobresalieron con un 2,7%, seguidas por aceites (2%), frutas (1,8%), lácteos y huevos (1,6%) y carnes (1,3%). Contrariamente, las comidas listas para llevar disminuyeron un 0,3%, una excepción dentro de una tendencia general alcista.
Otros estudios refuerzan esta tendencia. Por ejemplo, Eco Go detectó un incremento del 0,9% en alimentos y bebidas en la primera semana de octubre, lo que llevó a recalcular la inflación mensual prevista al 2,6%. Analytica, por su parte, relevó variaciones regionales significativas: el aceite de girasol subió entre 4% y 9% en la Provincia de Buenos Aires, y el azúcar registró picos de 8,6% en Misiones y 4,6% en La Pampa.
Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) correspondientes a agosto ya habían mostrado que las bebidas alcohólicas fueron el segundo rubro con mayor incremento (3,5%), detrás de transportes (3,6%), y que los alimentos subieron 1,4%, por debajo del promedio general de inflación, que fue del 1,9%.
El impacto de estos aumentos se refleja en el costo de vida de las familias argentinas. Según cifras oficiales, una familia tipo requiere un ingreso mensual de $1.160.780 para no caer bajo la línea de pobreza, mientras que el umbral de indigencia se ubica en $550.529.
Por otro lado, el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la UMET y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) confirmaron que la «inflación de los trabajadores» alcanzó el 2,2% en septiembre, el valor más alto desde abril y una aceleración respecto al 1,6% de agosto. Este indicador suma cuatro meses consecutivos de alzas y se equipara con el índice registrado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
En términos interanuales, la inflación de los trabajadores llegó al 31%, el nivel más bajo desde 2018, mientras que el acumulado para los primeros nueve meses de 2025 es del 20,8%. De mantenerse la tendencia, el año podría cerrar cerca del 28,6%. Los mayores incrementos se vieron en Transporte (+3,6%) —impulsados por pasajes aéreos, vehículos y combustibles—, Bienes y Servicios Varios (+2,8%) y Recreación y Cultura (+2,4%).
A pesar de que los alimentos y bebidas son el componente más relevante de la canasta familiar, en septiembre su suba fue más moderada (1,6%), lo que contribuyó a contener el índice general. Sin embargo, las variaciones semanales y regionales demuestran que el desafío sigue vigente para los hogares, especialmente en un contexto donde la estabilidad monetaria alcanzada por el Gobierno tras el salvataje estadounidense aún no logra frenar del todo la presión sobre los precios.
