La relación entre la moda y la pantalla ha sido ineludible desde los días dorados de Hollywood, con íconos como Audrey Hepburn y Grace Kelly marcando tendencias desde la gran pantalla. Sin embargo, en la era del streaming, la indumentaria de los personajes dejó de ser un simple accesorio y se transformó en un elemento narrativo central, capaz de definir identidades y disparar debates en redes sociales. Hoy, varias series hacen del vestuario un protagonista tan relevante como la propia trama, inspirando a millones de espectadores y provocando un fenómeno de imitación instantánea en plataformas como Instagram.
Maxton Hall: el uniforme como declaración de principios
En «Maxton Hall: los mundos entre nosotros», disponible en Prime Video, el internado exclusivo se convierte en un auténtico desfile juvenil. La protagonista, Clara (interpretada por Sophie Simnett), desafía los límites de la vestimenta escolar tradicional gracias al trabajo de la diseñadora Amanda Sperry, quien reimagina los uniformes combinando cortes modernos y guiños a la moda preppy de los 90. El resultado: blazers, faldas plisadas, abrigos a cuadros y mochilas personalizadas que marcan tendencia y se viralizan en redes. Cada episodio es una clase magistral de autoexpresión adolescente y creatividad, demostrando que incluso las reglas más estrictas pueden ser terreno fértil para el estilo.
Pose: identidad, resistencia y glamour queer
Ambientada en la Nueva York de los años 80 y 90, «Pose» (Disney+) eleva la moda al estatus de bandera política y cultural. El vestuario, diseñado por Lou Eyrich, refleja la lucha y la belleza desafiante de la comunidad trans y la cultura ballroom en tiempos marcados por la crisis del VIH. Los personajes, interpretados por Billy Porter, MJ Rodriguez y Dominique Jackson, deslumbran con trajes que fusionan Versace, hombreras, lentejuelas y piezas confeccionadas en casas humildes. Los balls de la serie son verdaderos desfiles donde el estilo es sinónimo de supervivencia y orgullo. La influencia de «Pose» llegó incluso a marcas contemporáneas, que hoy recuperan la estética queer de aquella época dorada.
My Lady Jane: historia y fantasía en clave fashion
«My Lady Jane» (Prime Video) mezcla comedia histórica y vestuario de alto impacto, convirtiendo la moda en un personaje más. La diseñadora Elizabeth Tucknott reinventa la moda isabelina con detalles modernos: corsets bordados, capas de terciopelo, mangas abullonadas y accesorios teatrales. Emily Carey, en el rol de Jane, encarna el poder y la rebeldía a través de prendas que dialogan con el presente, generando un festín visual que seduce tanto por su trama como por su originalidad estética.
Inventing Anna: el engaño hecho tendencia
Inspirada en la vida real de Anna Sorokin, «Inventing Anna» (Netflix) expone cómo la moda puede ser disfraz y máscara. Julia Garner interpreta a una supuesta heredera que se mueve en la élite neoyorquina luciendo un vestuario compuesto por piezas de Dior, Valentino y Gucci, muchas de ellas alquiladas, en un juego de apariencias diseñado por Lyn Paolo. Ítems como la minifalda plisada y las gafas de sol se convirtieron en símbolos pop, recordando que la ropa no solo expresa estilo, sino que también puede esconder la verdadera identidad.
Velma: el poder del vestuario animado
Hasta la animación tiene su propio statement de moda. «Velma» (HBO Max), la revisión irreverente de Scooby-Doo, reinventa a su protagonista con un look actualizado y más identidad. Aunque dibujada, la indumentaria de Velma genera debates entre fanáticos sobre la importancia de los detalles visuales en la personalidad de los personajes, mostrando que la ropa, incluso en el dibujo, es un lenguaje poderoso.
Daisy Jones & The Six: el revival del rock setentista
Basada en la novela de Taylor Jenkins Reid, «Daisy Jones & The Six» (Prime Video) hace del vestuario vintage su sello distintivo. Riley Keough, nieta de Elvis Presley, encarna a una cantante cuya imagen –vestidos vaporosos, botas altas, flecos– es resultado de una minuciosa búsqueda en ferias de ropa original de los 70 a cargo de Denise Wingate. El look de Daisy no solo revive la bohemia del rock setentista, sino que ha disparado la venta online de prendas inspiradas en la serie, confirmando el poder de la pantalla para imponer moda.
En definitiva, las series actuales no solo cuentan historias, sino que redibujan el mapa de las tendencias. Desde uniformes escolares hasta la fantasía histórica, desde la resistencia queer hasta el engaño fashionista, el vestuario en el streaming es hoy una declaración de principios y un motor cultural capaz de influir en la vida real mucho más allá del guion.

 
                                    
