El enfrentamiento entre San Lorenzo y Huracán, conocido como el «clásico de barrio más grande del mundo», no solo es un símbolo de la rivalidad porteña, sino también el clásico argentino con la mayor brecha de victorias entre ambos equipos. A lo largo de 191 partidos oficiales, San Lorenzo ha logrado una supremacía notable con 87 triunfos, mientras que Huracán suma 48 victorias. Los empates alcanzan los 55, y existe un partido que se les dio por perdido a ambos clubes.
La diferencia de 39 partidos a favor del conjunto azulgrana es única en el fútbol argentino. Ningún otro clásico del país, ni el rosarino, el santafesino, el tucumano, el cordobés, el platense, el de Avellaneda ni el superclásico entre River y Boca, presenta una disparidad tan amplia. El clásico rosarino es el que más se le acerca, con 21 victorias de ventaja para Rosario Central sobre Newell’s tras el último gol de Ángel Di María. En Avellaneda, Independiente supera a Racing por 19 triunfos y Estudiantes aventaja a Gimnasia por 16. Boca y River, con apenas cinco partidos de diferencia a favor del Xeneize, muestran la rivalidad más pareja entre los grandes.
La historia de la rivalidad entre San Lorenzo y Huracán se remonta a principios del siglo XX, cuando ambos clubes tenían sus estadios separados por solo ocho cuadras. Huracán debutó en Primera en 1914 y San Lorenzo al año siguiente. Su primer choque oficial fue en 1915, cuando el Ciclón hizo de local en la cancha de Ferro, aún antes de alquilar el terreno donde se levantaría el mítico Gasómetro. Aquella vez, San Lorenzo se impuso por 3 a 1.
Durante los primeros años, la cantidad de partidos fue limitada debido a que, entre 1919 y 1926, ambos equipos participaron en asociaciones diferentes. En ese período, San Lorenzo ganó cinco veces, empató dos y perdió una (en la Copa de Honor de 1918). La tendencia favorable al Ciclón quedó consolidada rápidamente: ya en los años 50 había duplicado a su rival en cantidad de triunfos, con un 38 a 19. Hacia fines de la década del 60, la brecha se ensanchó a 53 contra 22.
En el presente siglo, la distancia se profundizó, llegando a 40 partidos de diferencia antes de la última victoria de Huracán, 2-0 en el estadio Tomás Adolfo Ducó, en febrero de este año. No obstante, si solo se consideran los últimos 50 años, desde 1975 en adelante, la diferencia se reduce sensiblemente: de 81 enfrentamientos, San Lorenzo ganó 28, Huracán 22 y empataron 30, con uno que se les dio por perdido a ambos.
El Nuevo Gasómetro, inaugurado en 1993, es el escenario del próximo clásico y ha sido históricamente difícil para el Globo. Allí, Huracán solo pudo imponerse una vez en 20 visitas: fue el 9 de diciembre de 2001, con gol de Emiliano Villa. San Lorenzo ganó 10 veces, empataron en ocho oportunidades y el restante fue el encuentro que se les dio por perdido a ambos. Una tragedia marcó el clásico en 1997, cuando un enfrentamiento entre barras provocó la muerte de Ulises Fernández, hincha de Huracán.
Analizando los 90 partidos en los que San Lorenzo fue local, el dominio continúa: 46 victorias, 19 derrotas y 24 empates. De estos, 54 se disputaron en el viejo Gasómetro, 7 en la cancha de Vélez, 3 en la de Boca, 3 en Ferro, uno en Atlanta, uno en el estadio de Huracán y uno en River.
El clásico entre San Lorenzo y Huracán es mucho más que una rivalidad barrial: es un duelo que, por historia y cifras, se destaca como el más desigual del fútbol argentino, una marca que lo convierte en un capítulo especial en la historia del deporte nacional.


