La vida institucional de San Lorenzo atraviesa un momento de máxima incertidumbre. Ante la inacción del presidente Marcelo Moretti, la Comisión Fiscalizadora del club de Boedo decidió, por mayoría, tomar la iniciativa y convocar a una esperada reunión de Comisión Directiva para el viernes 7 de noviembre a las 18 horas.
La medida busca dar respuesta a la demora de Moretti en cumplir una exigencia judicial que lo obliga a reunir a los directivos, tras la reciente nulidad de la acefalía en la cúpula azulgrana. El pedido formal ya llegó a la secretaría del club, que lo trasladó a los responsables directivos, generando un clima de expectativa y presión en el seno de la dirigencia.
La decisión de la Comisión Fiscalizadora, integrada en su mayoría por representantes opositores (los dos oficiales votaron en contra), surge luego del vencimiento del plazo legal para que el presidente convocara a la Comisión Directiva. Los miembros opositores dejaron en claro que, si Moretti realiza el llamado en las próximas horas, su resolución quedará sin efecto para priorizar la convocatoria presidencial. Sin embargo, este movimiento es interpretado como una forma de presionar a Moretti, quien actualmente es investigado por «administración infiel», pero permanece al frente del club tras el fallo judicial que anuló la acefalía.
En un comunicado conjunto, las agrupaciones opositoras explicaron los motivos de su accionar: «Intimamos al Presidente a cumplir con la manda judicial en los plazos establecidos, convocando subsidiariamente a reunión de Comisión Directiva para el 7 de noviembre, la cual será dejada sin efecto si el Presidente llama antes a una reunión». Además, subrayaron que su intervención responde a la «crisis política, económica e institucional» que atraviesa San Lorenzo, y reivindicaron su accionar como legítimo y ajustado a derecho, «en defensa del interés del Club y de sus socios, garantizando la continuidad, transparencia y regularidad institucional».
La próxima reunión de Comisión Directiva podría marcar un punto de inflexión en la vida política de San Lorenzo. En ese encuentro, podría repetirse el escenario de acefalía si se ratifican las renuncias de septiembre, aunque no todos los directivos han explicitado públicamente su postura al respecto. Si no se confirman dichas dimisiones, Moretti continuará como presidente, pero será necesario reestructurar cargos clave dentro de la institución, como el de secretario y tesorero, quienes ya hicieron pública su decisión de no seguir.
Mientras tanto, la crisis no solo es política sino también económica. El martes, Moretti se reunió con el plantel profesional de fútbol, en medio del malestar por la falta de pago de salarios en la etapa final del Torneo Clausura. El clima es tenso: el equipo dirigido por Damián Ayude pelea por ingresar a los playoffs y asegura, por ahora, un lugar en la próxima Copa Sudamericana, pero las dificultades institucionales amenazan con impactar en el rendimiento deportivo.
En este contexto, el silencio de Moretti genera aún más incertidumbre sobre el futuro inmediato del club. Todo San Lorenzo espera ahora la resolución de un conflicto que puede definir el rumbo de la institución en los próximos meses.


