La contundente victoria de Javier Milei en las últimas elecciones legislativas abrió una oportunidad única para redefinir el rumbo económico argentino. Así lo sostiene Robin Brooks, execonomista senior del Fondo Monetario Internacional (FMI), reconocido por su mirada crítica sobre la política cambiaria nacional. Tras los comicios, Brooks advirtió que el país atraviesa un momento clave para dejar atrás la sobrevaluación del peso y avanzar hacia una flotación total de la moneda.
En un reciente análisis, el actual investigador senior de la Brookings Institution consideró que la estrategia oficial de mantener el tipo de cambio fijo posterga una crisis que, en sus palabras, es «inevitable». Según Brooks, Argentina debe romper con sus viejas recetas económicas y permitir que el peso flote libremente, tomando como ejemplo a otros países de América Latina que ya implementaron este modelo.
El economista apuntó que los últimos meses fueron testigos de una grave fuga de capitales, un fenómeno que atribuye a la sobrevaluación persistente del peso. «Los argentinos votaron con sus acciones», aseguró, al referirse a los retiros de depósitos y el aumento de los gastos en el exterior, pese a que los flujos de inversión hacia otros mercados emergentes se mantuvieron sólidos, a excepción de Argentina.
Brooks cuestionó a quienes defienden los controles cambiarios y el esquema de dólar anclado. A su entender, estos modelos sólo generan más incertidumbre y suelen culminar en devaluaciones abruptas. Además, desacreditó el argumento de que la depreciación del peso previo a las elecciones respondía al temor de un triunfo opositor. Para el analista, la caída del peso en la previa electoral refuerza la idea de un desalineamiento fundamental entre el valor de la moneda y los fundamentos de la economía local.
«La prima de riesgo sólo aparece cuando existe una sobrevaluación. Si el peso perdió valor antes de las elecciones, es porque estaba sobrevaluado», explicó Brooks. Y agregó que tanto el accionar de los ciudadanos como la falta de interés de los inversores internacionales en Argentina son señales inequívocas de la necesidad de un cambio de rumbo.
Para el experto, este es el momento ideal para que el Gobierno avance hacia una economía más abierta, con un Banco Central completamente independiente y sin fijaciones artificiales del tipo de cambio. «Si no se aprovecha ahora, Argentina está condenada a repetir los mismos errores de siempre», sentenció Brooks, instando a Milei a seguir el camino de sus pares latinoamericanos.
Las declaraciones del economista norteamericano no pasaron inadvertidas para el ministro de Economía, Luis Caputo. No es la primera vez que ambos cruzan opiniones de manera pública. En 2024, tras un pronóstico de Brooks sobre una devaluación «inevitable», Caputo respondió con ironía en redes sociales, sugiriendo que si Brooks fuera realmente un gurú estaría trabajando en Wall Street y no opinando desde el Institute of International Finance (IIF).
Sin embargo, la trayectoria de Brooks en los mercados internacionales es extensa: se desempeñó como estratega de monedas en firmas como Goldman Sachs y Brevan Howard, y fue economista jefe del IIF. Actualmente, desde la Brookings Institution, sigue de cerca las políticas macroeconómicas argentinas y mantiene su postura crítica frente a los controles cambiarios implementados por el gobierno de Milei.
En conclusión, la voz de Robin Brooks se suma al debate sobre el futuro del peso y el modelo económico argentino, en un momento en el que, según el especialista, el país tiene una «oportunidad histórica» para romper con el pasado y evitar una nueva crisis cambiaria.


