River Plate y Racing Club se preparan para un cruce trascendental en los cuartos de final de la Copa Argentina, un enfrentamiento cargado de historias recientes, pasados turbulentos y el atractivo especial de Maximiliano Salas, el delantero que cambió Avellaneda por Núñez en medio de polémicas y cuestionamientos.
Ambos equipos llegan con realidades opuestas. River, bajo la dirección de Marcelo Gallardo, acaba de sufrir una dura eliminación en la Copa Libertadores a manos de Palmeiras, con un abultado global de 5-2. Esta caída, sumada al enorme gasto de cerca de 70 millones de dólares en los últimos dos mercados de pases, hace que el equipo de Núñez se juegue mucho más que un pase de ronda: busca recomponer su año apostando fuerte a los dos torneos nacionales que le quedan.
En contraste, Racing vive días de euforia. El equipo comandado por Gustavo Costas acaba de meterse entre los cuatro mejores de América tras superar a Vélez en la serie de cuartos de final de la Libertadores, algo que no conseguía desde hace 28 años. Además, la Academia ya levantó la Recopa Sudamericana en enero, logrando que el 2025 tenga un saldo positivo en lo deportivo. Sin embargo, el equipo de Avellaneda todavía no asegura su participación en la próxima edición de la Libertadores por la vía de la tabla anual, por lo que la Copa Argentina se vuelve una oportunidad clave para lograr ese objetivo.
El calendario no da respiro: este domingo River buscará recuperarse en el Torneo Clausura frente a Deportivo Riestra, mientras que Racing disputará el clásico ante Independiente. Apenas unos días después, ambos chocarán en Rosario para definir el pase a semifinales de la Copa Argentina.
El cruce adquiere un condimento especial por la figura de Maximiliano Salas. El delantero, ahora pieza clave de River, fue protagonista de una conflictiva salida de Racing que aún resuena entre los hinchas y la dirigencia. Salas asegura no haber sido valorado en la Academia y, cuando River le acercó una oferta superadora, decidió ejecutar su cláusula de rescisión y no volver a entrenar bajo las órdenes de Costas. Diego Milito, presidente de Racing, expresó su molestia por el accionar tanto del jugador como de Gallardo, a quien acusó de romper un pacto entre clubes. El propio Gallardo respondió con dureza, calificando al dirigente de hipócrita.
El destino quiso que la primera vez que Salas y Racing se crucen sea en un partido de eliminación directa, apenas una semana después de la dura eliminación de River y de la histórica clasificación de Racing en la Libertadores. El morbo está servido y la expectativa crece entre los hinchas de ambos equipos y los neutrales, que esperan ver cómo se desarrolla este reencuentro cargado de cuentas pendientes.
La fecha y sede del partido también generaron roces entre las dirigencias. Racing intentó postergar el duelo debido a la seguidilla de encuentros de alta intensidad, buscando jugarlo recién la semana del 9 de octubre. Sin embargo, River logró mantener la fecha establecida y el partido se disputará finalmente el jueves 2 de octubre a las 18 horas, en el Gigante de Arroyito, estadio de Rosario Central. El horario y la ciudad elegida presentan un desafío adicional para los hinchas, que deberán trasladarse y adecuar sus horarios para presenciar el encuentro.
Con ambos equipos jugándose mucho más que un pase a semifinales y el trasfondo de la salida de Salas, el River-Racing se transforma en uno de los partidos más esperados y picantes de la temporada. El jueves, Rosario será escenario de un duelo que promete emociones, cuentas pendientes y, sobre todo, fútbol de alto voltaje.


