El estadio Guillermo Laza fue escenario de un partido vibrante entre Deportivo Riestra y Vélez Sarsfield, dos equipos que llegaron al duelo como protagonistas destacados de la zona B del Torneo Clausura. La expectativa era máxima tras la histórica victoria de Riestra ante River en la fecha anterior y las tribunas lucieron repletas, reflejando el entusiasmo de sus hinchas ante la posibilidad de dar un paso más hacia la clasificación internacional.
El partido comenzó con Riestra fiel a su estilo: un fútbol práctico y directo, donde el colectivo prima sobre las individualidades. Esta identidad, que ha sido clave en su meteórico ascenso desde la Primera D hasta la elite del fútbol argentino, volvió a dar resultados en el primer tiempo. Pablo Monje, con un lateral preciso, lanzó un centro al área chica que Alexander Díaz, el jugador de menor estatura en la cancha, transformó en el 1-0. La jugada fue un claro ejemplo de cómo Riestra aprovecha cada situación y cada pelota parada, incluso cuando las apuestas parecen estar en su contra.
El segundo gol local llegó tras una jugada ensayada. Un tiro libre ejecutado con maestría por Monje terminó en los pies de Herrera, quien definió estando habilitado, y estiró la ventaja. El equipo dirigido por ‘Tata’ Benítez parecía encaminarse a otra victoria basada en la disciplina táctica y la eficacia en el contragolpe. Riestra, además, mostró su habitual compromiso defensivo, con jugadores como Antony López aportando despliegue y sacrificio, cubriendo espacios y apoyando en la recuperación, sin importar si se trata del más alto del equipo o de un volante ofensivo.
Sin embargo, Vélez no se dio por vencido, incluso jugando con un hombre menos. El ‘Fortín’ fue paciente y supo aprovechar los descuidos del rival en la pelota parada. Primero, un córner al primer palo fue cabeceado por Lisandro Magallán, quien descontó para los visitantes. Luego, en otro tiro de esquina, el infortunio se apoderó de Riestra: Mateo Ramírez, en su intento por despejar, terminó enviando el balón al ángulo de su propio arco, decretando el 2-2 definitivo sobre la hora y silenciando momentáneamente a la hinchada local.
Este empate no solo mantuvo el invicto de 26 partidos de Riestra como local, sino que también dejó abierta la definición por el primer puesto del grupo rumbo a los playoffs. El resultado fue una muestra de las virtudes y debilidades de ambos equipos: Riestra, con su esquema solidario y pragmático, que a veces paga caro las distracciones; Vélez, con capacidad de reacción y determinación para pelear hasta el final, incluso en inferioridad numérica.
El presente de Riestra sigue siendo motivo de orgullo para sus seguidores. El equipo está prácticamente clasificado a una copa internacional por primera vez en su historia: jugará la Copa Sudamericana, salvo que consiga el título y acceda a la Libertadores. Más allá de las críticas que suele recibir por su estilo, Riestra continúa demostrando que en el fútbol argentino hay lugar para propuestas distintas y que la efectividad puede ser tan valiosa como el juego vistoso.
Así, el empate ante Vélez deja al Malevo con la sensación de que el sueño internacional está cada vez más cerca, pero también con la certeza de que deberá mantener su concentración si quiere seguir haciendo historia. El Torneo Clausura aún tiene mucho por definir, y tanto Riestra como Vélez se perfilan como animadores principales en la recta final rumbo a los playoffs.


