La situación de las pequeñas y medianas empresas argentinas atraviesa uno de los momentos más críticos de los últimos años. Eduardo Fernández, vicepresidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas, advirtió sobre las severas dificultades que enfrenta el sector, en medio de una recesión que amenaza la continuidad de muchas compañías y el empleo de miles de trabajadores.
En una reciente entrevista radial, Fernández no dudó en calificar el panorama como «sombrío» y señaló que el acceso al crédito, vital para sostener tanto el consumo como el financiamiento productivo, hoy está prácticamente fuera de alcance para las pymes. “El crédito, que era uno de los motores del mercado interno, hoy está totalmente descartado tanto para consumo como para financiamiento de las empresas”, aseguró el dirigente.
Fernández brindó detalles alarmantes sobre la situación financiera: “Al inicio de agosto el encaje total era del 30% y el de bonos del 9%. Vamos a cerrar el mes con 53,5% y 18,5%, respectivamente. Esto significa tasas reales imposibles de afrontar”. En otras palabras, los requisitos y costos para acceder a financiamiento se duplicaron en poco tiempo, lo que limita la capacidad de las empresas para invertir y sostener su actividad.
El dirigente también enfatizó que el sistema financiero se ha vuelto extremadamente restrictivo. “No solo es difícil sostener la producción, sino que ahora tenemos un sistema financiero restrictivo que busca salvarse a sí mismo, pero asfixia al aparato productivo”, expresó Fernández.
La situación repercute directamente en el empleo. Fernández advirtió que la «movilidad laboral va a ser hacia la baja», ya que muchas pymes, aunque no desean despedir personal, no pueden sostener sus plantillas salariales. “Las pymes están en una situación límite: no quieren despedir, pero no pueden sostener sus plantillas. Además, detrás del cierre de cada empresa hay historias familiares y economías regionales que desaparecen”, dijo el vicepresidente de la entidad.
Para dimensionar la gravedad, Fernández comparó el actual escenario con la crisis de 2001: “Cuando se sinceren las cifras y se mida la economía real, vamos a encontrar un desastre comparable al de aquella época. Hoy el país está destruyendo empleo y cerrando empresas que tardaron décadas en consolidarse”.
El avance de la importación: pymes pierden terreno en el mercado interno
Un reciente informe de la Fundación Observatorio Pyme (FOP) aporta datos que refuerzan la preocupación. Según el estudio, realizado sobre una muestra de 407 empresas industriales, el 33% de las pymes perdió mercado frente a productos importados en el segundo trimestre del año. Además, el 45% de las empresas percibe una amenaza creciente por la competencia externa, el nivel más alto registrado desde 2007.
Los sectores más afectados son el textil y calzado, donde el 51% de las firmas resignó participación en el mercado, seguido por la metalmecánica (42%), caucho y químicos (37%), muebles y madera (31%) y alimentos y bebidas (10%). El 73,3% de las empresas señala a China como el principal origen de la competencia, mientras que Brasil representa el 16,6%.
La preocupación por la competencia desleal también es alta: el 45% acusa a los importados de prácticas desleales, el 35% sostiene que los productos extranjeros no cumplen normas técnicas y el 17% denuncia contrabando.
Empleo en caída y aumento de importaciones
El impacto en el empleo es contundente. Entre las pymes industriales, la ocupación cayó 4,7% en el segundo trimestre respecto al mismo período del año anterior, acumulando nueve trimestres consecutivos de retroceso. Una de cada cuatro empresas disminuyó su personal.
Los datos oficiales del INDEC reflejan que las importaciones de junio alcanzaron los 6.370 millones de dólares, un incremento interanual del 35,9%. El aumento se explica por una suba del 53,2% en las cantidades importadas, aunque los precios bajaron un 11%. Las importaciones de bienes de consumo representan el 14% del total, casi el doble que el año pasado.
Desde la Unión Industrial Argentina (UIA), advirtieron que el alza de costos internos y la mayor competencia de importados golpean la competitividad de la producción nacional. En el primer semestre, las importaciones de bienes de consumo sumaron 5.268 millones de dólares, un 32% más que en 2023, mientras que la producción industrial cayó un 10% en el mismo período.
En este complejo escenario, las pymes argentinas enfrentan desafíos inéditos que ponen en juego su supervivencia, el empleo y el entramado productivo nacional.


