En un clima completamente distinto al de encuentros anteriores, el presidente Javier Milei recibió en la Casa Rosada a 20 de los 24 gobernadores del país, en una cumbre que dejó atrás los reproches habituales y los reclamos encendidos. Esta vez, el tono fue otro: gestos de cordialidad, saludos afectuosos y una disposición al diálogo que sorprendió hasta a los más escépticos.
Fuentes cercanas a los mandatarios contaron detalles de los saludos iniciales, que se transformaron casi en una competencia: «Lo abrazó», aseguraban desde el entorno de un gobernador. «Le dio la mano», destacaba otro, valorando la actitud cordial del Presidente. Incluso hubo quienes celebraron sonrisas a la distancia, en una reunión donde lo gestual pareció tan importante como los temas tratados.
El encuentro se realizó en el salón Eva Perón, con la presencia de todo el gabinete nacional, algo que los mandatarios venían reclamando desde hace meses y que, hasta ahora, no se había concretado en el año. El cambio de clima se atribuye al contundente resultado electoral del Gobierno el domingo pasado, donde Milei logró más del 40% de los votos a nivel nacional, fortaleciendo su posición e invitando a los gobernadores a una convocatoria casi total.
Diálogo, reformas y acuerdos clave
Durante más de dos horas, se abordaron temas centrales para el futuro inmediato: la reforma fiscal e impositiva, la modernización del sistema laboral, modificaciones al Código Penal y el Presupuesto 2026. Los gobernadores, en su mayoría, coincidieron en el respaldo a un presupuesto de equilibrio fiscal, una de las prioridades de la administración Milei.
Los reclamos provinciales, aunque presentes, tuvieron un tono mucho más moderado que en ocasiones anteriores. Se discutieron cuestiones de larga data, como el reparto de la coparticipación de los impuestos a los combustibles líquidos —un tema trabado en Diputados desde comienzos de mes— y el presupuesto para obra pública, que viene siendo restringido por el Gobierno nacional. Sin embargo, el foco estuvo en encontrar consensos y avanzar en una agenda común.
En cuanto a la reforma laboral, se planteó la posibilidad de avanzar en convenios por empresa, provincia o región, priorizando acuerdos más pequeños antes de intentar una reforma integral. Milei, por su parte, expuso su visión sobre la necesidad de financiar la inversión con ahorro y cómo esto impactaría en el crecimiento económico.
Gestos políticos y señales de reconciliación
La jornada estuvo marcada por gestos que no pasaron desapercibidos. En especial, el saludo entre Milei y Rogelio Frigerio, gobernador de Entre Ríos, fue uno de los momentos más comentados: el Presidente lo llamó con entusiasmo y lo abrazó calurosamente, celebrando la victoria conjunta sobre el peronismo en la provincia. También mostró afecto hacia Gustavo Sáenz, gobernador de Salta, recordado por sus recientes reclamos al Gobierno nacional.
Con los gobernadores de las Provincias Unidas —entre ellos Maximiliano Pullaro, Gustavo Valdés, Ignacio Torres, Carlos Sadir, Claudio Vidal y Martín Llaryora— el trato fue cordial, aunque más distante. No obstante, hubo espacio para algún abrazo y gestos de respeto, especialmente hacia la vicegobernadora mendocina Hebe Casado, quien asistió en representación del mandatario Alfredo Cornejo.
Uno de los cambios más notables fue el reencuentro entre Milei y Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño. Tras el notorio desaire público ocurrido en la Catedral durante el Tedeum del 25 de mayo, esta vez el saludo fue cálido, con abrazo y palmada incluidos, y fue celebrado por el entorno de Macri como una señal de reencuentro entre dos ex aliados electorales.
Apuesta por el consenso y el diálogo
Al cierre del encuentro, Jorge Macri resumió la jornada destacando la importancia de trabajar en el Congreso sobre reformas laborales, tributarias y la aprobación del presupuesto nacional, resaltando que la certidumbre económica y el diálogo institucional son fundamentales para el futuro del país.
La reunión dejó como saldo una foto inédita en lo que va del año: gobernadores y gabinete nacional alineados en la búsqueda de acuerdos, con un Milei en modo conciliador y un clima político que, al menos por un día, dejó de lado las diferencias para priorizar el trabajo conjunto.

 
                                    
