El Club Atlético San Lorenzo atraviesa días de gran incertidumbre institucional tras el retorno de Marcelo Moretti como presidente, una medida que ha reconfigurado el escenario político interno y dejado en vilo a socios e hinchas. La reciente intervención judicial, que anuló la acefalía declarada en septiembre y suspendió la asamblea prevista para el 13 de octubre, permitió que Moretti retomara sus funciones plenas. Sin embargo, la interna del club dista de haberse calmado.
El fallo del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 51 y la Cámara Civil porteña llegó el pasado jueves y fue comunicado oficialmente al club, que debió adaptarse a un fin de semana marcado por el «doble comando» entre el presidente reestablecido y la mesa directiva de la Asamblea. El lunes, Moretti se presentó en la sede de Avenida La Plata, donde fue recibido por un grupo de hinchas que, enardecidos tras la derrota ante San Martín de San Juan, no ahorraron insultos hacia la conducción.
La resolución judicial, de carácter cautelar, dejó sin efecto la reunión de Comisión Directiva del 16 de septiembre, pero no revocó las renuncias individuales ya presentadas. Así lo aclararon públicamente algunos de los dirigentes involucrados, como Pablo García Lago, ex secretario y vocal, quien ratificó su alejamiento del cargo. En la misma línea se expresó Agustina Nordesntröm, vocal opositora, quien reafirmó en redes sociales que su renuncia es «efectiva y firme» y que no tiene intenciones de regresar a la Comisión Directiva.
En contraste, otros miembros de la directiva se encuentran en etapa de evaluación. Marcelo Culotta, vocal de la oposición, anunció que por el momento retira su dimisión a la espera de la decisión del resto de los integrantes. Según trascendió, algunos dirigentes barajan la posibilidad de modificar su postura y permanecer en sus cargos, al menos hasta que se clarifique la nueva normalidad institucional.
La clave para determinar la continuidad institucional reside en el número de renuncias. Para que se produzca nuevamente la acefalía, es necesario que más de la mitad de la Comisión Directiva deje sus cargos, algo que, a la luz de las recientes decisiones y declaraciones, parece menos probable que semanas atrás. La situación, sin embargo, no deja de ser volátil y podría cambiar a medida que se acerque la fecha límite fijada para fin de octubre, cuando Moretti deberá convocar a una nueva reunión de la Comisión Directiva. Allí deberán tratarse formalmente las dimisiones que se mantengan vigentes.
El regreso de Moretti se da en un contexto personal delicado, ya que el presidente sigue bajo investigación por presunta «administración fraudulenta». Las sospechas surgen a partir de la difusión de una cámara oculta donde se lo vio recibiendo una suma de 25 mil dólares, supuestamente vinculada al fichaje de un juvenil para las divisiones inferiores del club. Más allá de la causa judicial, el dirigente asegura contar con el respaldo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), apoyo que busca capitalizar para estabilizar su gestión.
En el plano deportivo, el presente tampoco ayuda a calmar los ánimos. La derrota reciente ante San Martín de San Juan avivó la bronca de los hinchas, que expresaron su malestar en el Nuevo Gasómetro. De cara a lo que viene, Moretti planea acompañar al plantel en su visita a Atlético Tucumán por el Torneo Clausura. Además, crecen los rumores sobre el posible regreso al club de Néstor Ortigoza, quien podría retomar un lugar protagónico en el fútbol azulgrana pese a su anterior enfrentamiento con el presidente.
En definitiva, la institución de Boedo sigue atravesando una etapa de fragilidad política. Aunque la justicia devolvió a Moretti la presidencia y diluyó, por ahora, la posibilidad de acefalía, la fragmentación interna y la presión de la hinchada auguran que el «circo» de San Lorenzo todavía tiene varios capítulos por delante.


