Manuel Moretti, voz y figura central de Estelares, atraviesa un momento clave en su vida y en la historia de la banda. Próximo a cumplir 60 años, el artista reflexiona sobre un trayecto que lo llevó desde los abismos del consumo de drogas hasta una etapa de plenitud personal y creativa. A más de dos décadas de aquel inicio a fines de los ’90 junto a Víctor «Torio» Bertamoni y Pali Silvera, Estelares presenta su nuevo disco, Los Lobos, un proyecto que Moretti define como un acto de respiración y catarsis colectiva.
«Nos acompañamos en un trabajo grupal después de tantos años. Pudimos haber terminado en un caos pirotécnico, y sin embargo desarrollamos un salvajismo constructivo», resume el cantante sobre el lazo construido dentro de la banda, un verdadero refugio en tiempos de crisis. Los Lobos hace alusión justamente a esa manada que los sostiene y potencia, una hermandad que ha superado etapas difíciles y ahora encuentra un nuevo impulso creativo.
Moretti no esquiva las sombras de su pasado. Recuerda cómo, en los años 90, su vida estuvo marcada por el consumo problemático de drogas. Sin embargo, le asombra que canciones nacidas de esa angustia hoy sirvan de luz para sus seguidores. El presente es bien distinto: el frontman que alguna vez transitó la heroína hoy se muestra activo, va al gimnasio dos veces por semana y disfruta de la paternidad junto a sus dos hijas. «Entre el joven bohemio estudiante de Bellas Artes que padeció la heroína al padre de dos hijas de 10 y 19 que va dos veces por semana al gimnasio hubo muchos Morettis, distintos tipos de frontman», reconoce.
El disco marca la madurez artística de Estelares, con un Moretti más vital y movedizo, como demuestra Emperifollada, el corte de difusión protagonizado por Marina Bellati, Julieta Pink y María Lauga. Esta canción, con su lírica colorida y festiva, invita a bailar y remite a clásicos de la banda como Un día perfecto. Pero también hay espacio para la introspección, con una nueva versión de Como cría de leopardo –original de 1998– y Escabio, un tema que aborda la relación con sus padres.
El nuevo álbum, el número 12 en la discografía del grupo (contando los discos en vivo), se gestó en parte como respuesta a momentos de presión y encierro, sobre todo durante la pandemia. Moretti encuentra en la música una vía para procesar sus cruces personales: «En todas esas etapas oscuras, esas cruces que cargo cuando no puedo dormir o me siento aterrado… las canciones son catarsis», explica. El disco anterior, Un mar de soles rojos, fue fruto de esa etapa pandémica, y Los Lobos continúa ese ejercicio de sanación artística.
El vínculo con el público se mantiene intacto. Tras un imponente show en el Luna Park y una gira europea de ocho conciertos en quince días, Estelares se prepara para una seguidilla de casi treinta presentaciones en todo el país durante la segunda mitad de 2025. Además, la banda tiene agendadas fechas clave: el 4 de septiembre tocarán en La Plata y el 6 de septiembre iniciarán una gira por México y Colombia.
Moretti, además de músico, es un apasionado del fútbol y un activo usuario de redes sociales cuando se trata de opinar sobre Sarmiento de Junín. Sin embargo, se muestra crítico de las nuevas reglas en la industria musical, como la obsesión por los likes o la irrupción de la inteligencia artificial en la creación artística. «El capitalismo nos sacó el corazón y nos puso un celular en el pecho», sentencia. Su rechazo a las canciones generadas por IA es tajante: «Caminar por la playa, abrazar a alguien querido, mirarnos a los ojos o respirar una brisa fresca a la mañana no se puede replicar con este muñeco», en referencia a su teléfono móvil.
Así, Manuel Moretti reivindica el camino recorrido, las canciones paridas en la adversidad y el poder de la música en la vida real. Estelares, con Los Lobos, renueva su propuesta y confirma que aún tiene mucho para dar, respirando juntos en cada escenario y en cada nueva etapa.
