El sábado por la noche, el estadio Monumental de River Plate se transformó en el epicentro del hip-hop internacional y local. El motivo: la esperada presentación de Kendrick Lamar, acompañado por el explosivo dúo argentino Ca7riel & Paco Amoroso como teloneros. La combinación de semejantes figuras atrajo a miles de fanáticos que colmaron el estadio desde temprano, una postal poco frecuente en recitales de semejante envergadura.
La velada comenzó a las 19.30, cuando una introducción orquestal y la aparición progresiva de dos enormes inflables con los rostros de Ca7riel y Paco Amoroso dieron inicio al show. El regreso de la dupla al escenario argentino era uno de los momentos más esperados por el público local, especialmente tras el éxito cosechado en su Tiny Desk Concert y la explosión de popularidad que vivieron el último año.
Lo que siguió fue una demostración de por qué Cato y Paco se consolidaron como referentes de la música urbana nacional. Con una banda completa (teclados, bajo, guitarra, vientos, percusión y batería) y un despliegue visual inusual para un acto de apertura, ofrecieron un set de una hora cargado de energía. Temas como «Dumbai», «Baby gangsta», «Mi diosa», «A mí no» e «Impostor» encendieron a la audiencia, mientras que el virtuosismo de Ca7riel en la guitarra y la puesta en escena —que incluyó un gigantesco tarro de «papota» y vestuario inspirado en titulares de los años ’90— sumaron originalidad a la propuesta.
El repertorio de la dupla abarcó desde los guiños funk hasta bases electrónicas, pasando por sus populares momentos solistas y hits como «McFly» y «Todo el día». El tramo final fue una sucesión de himnos: «Ola mina XD», «Como hielo», «#tetas», «El día del amigo» y «El único» sellaron el reencuentro con su público. «Nos faltó estar acá este año y sé que era una cuenta pendiente», confesaron antes de despedirse, dejando el clima a punto caramelo para el plato principal.
A las 21.10, Kendrick Lamar irrumpió en escena y el Monumental estalló. La última vez que el estadounidense se había presentado en Argentina fue en Lollapalooza 2019, por lo que la expectativa era máxima. Arrancando con «Wacced out murals» y «Squabble up», los primeros temas de su reciente disco «GNX», Lamar desplegó la potencia escénica de su Grand National Tour con una puesta visual entre lo cinematográfico y lo experimental.
El show de Kendrick se estructuró en cuatro actos, con el cantante acompañado por ocho bailarines y recursos de alto impacto: pantallas HD, llamaradas y fuegos artificiales. En uno de los momentos más imponentes, un gran telón de fondo y una escalinata altísima sirvieron de escenario para varios de sus temas más icónicos.
La selección de canciones fue un repaso por su exitosa carrera: desde «N95» de «Mr. Morale & The Big Steppers» (2022), pasando por «King Kunta» de «To Pimp a Butterfly» (2015) y «Element» de «Damn» (2017), hasta «tv off», su colaboración con Lefty Gunplay. El público coreó cada frase, bailó y celebró especialmente clásicos como «Humble», «A good kid», «Bitch don’t kill my vibe» y un cierre demoledor con «Not Like Us» y «Gloria».
La organización optó por no habilitar las tribunas superiores, pero 50 mil personas asistieron a una noche que quedará grabada en la memoria del hip-hop argentino. Tanto los artistas internacionales como los locales demostraron estar a la altura de un evento histórico, en el que la energía y la comunión entre músicos y público marcaron la diferencia. Sin dudas, el Monumental fue testigo de una cumbre musical de primer nivel.


