Después de más de veinte años, Popstars regresará a la pantalla de Telefe en 2026, marcando el renacer de un formato que en 2001 revolucionó la música pop argentina con la aparición de Bandana y, poco después, de Mambrú. Pero la decisión de relanzar el famoso reality no es casual: el universo de las girlbands vive hoy un auge tan potente como el que supo generar el programa en sus orígenes.
La fórmula original de Popstars fue un éxito rotundo: bandas formadas en la televisión, apoyadas en la masividad del medio y el atractivo del merchandising, lograron instalarse en el corazón del público juvenil argentino. El fenómeno se expandió con la versión masculina, Mambrú, y ambos grupos supieron aprovechar la popularidad del formato para consolidarse como íconos de una generación.
La nueva edición de Popstars promete repetir la fórmula, convocando a jóvenes talentosos con el objetivo de dar vida a nuevas bandas que puedan conquistar tanto el mercado local como el internacional. Sin embargo, antes de su regreso, el escenario musical ya comenzó a transformarse por fuera de la televisión y gracias al poder de las redes sociales.
El caso más resonante es el de K4OS, una banda femenina nacida en la era digital. Creada por Mariana Taurozzi, una influencer que ganó notoriedad durante la pandemia en TikTok, el grupo surgió a partir de una convocatoria abierta realizada íntegramente en redes sociales. El proceso de selección fue público y transparente: cada paso, desde las audiciones hasta la formación definitiva, se compartió en plataformas digitales, permitiendo que el público participara y se identificara con los sueños y desafíos de las candidatas.
Conformada por Mariana Taurozzi, Inés Civit, Mercedes Bitzer y Lynette Ladelfa, K4OS ya se consagró como la favorita de niñas y jóvenes argentinas. La banda publicó su primer disco, 4EVER, bajo el respaldo de una prestigiosa discográfica y anunció un show en el mítico Gran Rex, consolidando su posición en la escena pop. El estreno de su álbum debut fue testigo de la devoción de sus seguidoras, quienes colmaron una sala de cine para celebrar junto a ellas este hito y revivir la emoción que Bandana generaba a comienzos de los 2000.
Lejos de la estructura televisiva, K4OS apostó por un «falso reality» en YouTube donde mostraron el proceso creativo de sus canciones, replicando la cercanía y espontaneidad del Popstars original pero adaptado a los tiempos actuales y sin depender de una mega producción. Este enfoque fresco y digital no solo democratizó el acceso, sino que permitió una identificación mucho más directa entre la banda y su público.
El fenómeno de las girlbands no es exclusivo de Argentina. En el plano internacional, grupos como BLACKPINK, Katseye, TWICE, HAIM y FIFTY FIFTY lideran la escena y demuestran que el interés por las bandas femeninas está más vivo que nunca. A esto se suman regresos de nombres emblemáticos como Bandana, Fifth Harmony y t.A.T.u., que reavivan la nostalgia y atraen nuevas audiencias.
En este contexto global, el regreso de Popstars parece ser más que una movida televisiva: es una señal de que la industria musical argentina busca apostar de nuevo por las bandas femeninas, aprovechando la renovada demanda del público y los cambios en la forma de consumo de la música. El caso de K4OS, nacida y consolidada desde las redes, demuestra que las nuevas generaciones no esperan a la televisión para cumplir sus sueños y que la fórmula del éxito puede reinventarse con herramientas digitales y cercanía con los fans.
Si la vuelta de Popstars logra captar el espíritu de estos tiempos, Argentina podría estar a las puertas de una nueva ola de girlbands que marquen la próxima década, repitiendo el fenómeno que Bandana supo liderar, pero aggiornado a la era de las redes y la participación activa del público.

 
                                    
