En el competitivo escenario del fútbol europeo, un nombre argentino empieza a sonar con fuerza: Joaquín Panichelli. El delantero cordobés, de apenas 23 años, se ha convertido en la gran revelación de la Ligue 1 francesa al liderar la tabla de artilleros con ocho goles en nueve partidos, superando a figuras consagradas como Mason Greenwood y Ansu Fati. Su presente es tan impactante que tanto los medios internacionales como su propio entrenador ya lo señalan como futuro convocado a la Selección Argentina.
Panichelli se formó en Racing de Córdoba, donde rápidamente se ganó el cariño de los hinchas. A los 15 años recaló en Atalaya Piero Foglia, y desde allí comenzó un peregrinaje por clubes grandes, realizando pruebas periódicas en Vélez, River y Boca. A punto estuvo de firmar con el club Xeneize, pero cuestiones administrativas frustraron la operación, llevándolo finalmente a River Plate. “Llegué a River casi a los 18, en plena pandemia, tras una prueba en Defensa y Justicia. Fui parte de la Reserva y varias veces estuve en el banco de Primera, pero no llegué a debutar oficialmente”, contó el propio Panichelli sobre sus inicios.
En 2023, viendo que las oportunidades en el primer equipo de River no llegaban, el delantero decidió emigrar al fútbol español para defender los colores del Mirandés, en la Segunda División. Allí, sumó minutos, ganó confianza y empezó a forjar el carácter que hoy deslumbra en Francia. “Sabía que si tenía una continuidad de 10 o 15 partidos, podía ganar ritmo y confianza. La adaptación fue sencilla”, recordó sobre su paso por el fútbol ibérico.
El gran salto se dio en julio de 2025, cuando Racing de Estrasburgo desembolsó cerca de 16,5 millones de euros para ficharlo y le ofreció un contrato hasta 2030. Desde su llegada, Panichelli no tardó en demostrar sus cualidades: letal en el área, oportunista y con una capacidad goleadora que llevó al equipo al séptimo puesto de la Ligue 1, con 16 puntos, avivando el sueño de regresar a las competiciones europeas.
Su entrenador, Liam Rosenior, no escatima elogios y lo define como “el Alan Shearer argentino”, en alusión al legendario goleador inglés. Según Rosenior, “ya no hay muchos delanteros como él, tan efectivos cerca del arco rival”. Los goles de Panichelli no solo le han dado puntos vitales al Estrasburgo, sino que también lo han puesto en la mira de los principales medios deportivos y, sobre todo, del cuerpo técnico de Lionel Scaloni. Consultado sobre la posibilidad de vestir la camiseta de la Selección, Panichelli confesó: “Para cualquier argentino, ser citado es lo máximo. Trato de no pensar en eso y enfocarme en rendir bien en mi club. Así, las cosas buenas van llegando”.
Fuera de la cancha, Panichelli se mantiene cercano a sus raíces. Afirma que sigue de cerca a River Plate desde Francia, aunque reconoce que la diferencia horaria dificulta ver los partidos en vivo. También compartió una anécdota personal: su padre le transmitió el fanatismo por Diego Maradona, y tras la muerte del ídolo fue a despedirlo a la Casa Rosada en Buenos Aires.
En Estrasburgo, Panichelli comparte equipo con otro argentino en ascenso, Valentín Barco, quien encontró su lugar en el mediocampo tras pasos por Boca, Brighton y Sevilla. “Nos conectamos muy bien dentro y fuera de la cancha. Acá en Francia, Barco está entre los mejores volantes. El equipo está fuerte, aunque se nos escapó el partido ante Lyon, contra PSG jugamos bárbaro”, valoró el goleador.
El presente de Panichelli ilusiona a propios y extraños. Su proyección en Europa y el creciente valor de mercado lo sitúan como uno de los futbolistas argentinos con mayor proyección internacional. Si continúa a este ritmo, su nombre podría dejar de ser una revelación para convertirse en una de las nuevas figuras de la Selección Nacional.


