De regreso de su gira por Estados Unidos —donde recibió un fuerte respaldo de Donald Trump— el presidente Javier Milei volvió a la escena política local con un acto en Tres de Febrero, distrito aliado en el conurbano bonaerense. En medio de un contexto marcado por la inestabilidad cambiaria, el mandatario argentino retomó la campaña acompañado por los principales referentes de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, y lanzó duras críticas contra el kirchnerismo, al que calificó como «la barbarie comunista».
El evento, de breve duración, se realizó en la zona de la Plaza de los Aviadores, en Ciudad Jardín. Contrario a lo previsto, Milei no llegó hasta el escenario montado para la ocasión. En cambio, arribó en su vehículo oficial junto a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y optó por dirigirse a los presentes desde la caja de una camioneta y con la ayuda de un megáfono.
En el improvisado escenario, Milei compartió espacio con Diego Santilli y Karen Reichardt, quienes encabezan la boleta oficialista tras la baja de José Luis Espert. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y Karina Milei también acompañaron al mandatario, quien se mostró sonriente y animado, saludando con abrazos tanto a los candidatos como a dirigentes locales como el intendente Diego Valenzuela, el diputado Cristian Ritondo y Sebastián Pareja, figura clave en la organización libertaria bonaerense.
Durante su discurso, Milei evocó la historia argentina al mencionar la batalla de Caseros y la derrota de Juan Manuel de Rosas a manos de Justo José de Urquiza. El presidente estableció un paralelismo entre aquel momento y la actualidad, sosteniendo que fue allí cuando comenzaron a plasmarse las ideas de Juan Bautista Alberdi, las cuales permitieron que el país dejara atrás «30 años de barbarie» y se convirtiera en una potencia mundial. Según Milei, el kirchnerismo representa una regresión hacia esa etapa «bárbara».
El acto se desarrolló bajo la atenta vigilancia de la Gendarmería, que separaba a militantes peronistas, presentes en señal de protesta, de los simpatizantes del oficialismo. En ese clima, Milei advirtió a los votantes sobre el carácter decisivo del momento que atraviesa la Argentina: «Es un momento bisagra, la posibilidad de elegir la civilización y la libertad o volver a la barbarie de los Kirchner».
En su mensaje, el presidente hizo un balance de su gestión y pidió confianza y paciencia: «Es cierto que hay menos inflación, menos pobreza, menos indigencia, menos narcotráfico y menos inseguridad. Estamos a mitad de camino y les pido un esfuerzo, no aflojen». Finalizó su intervención alentando a los presentes a respaldar a los candidatos libertarios: «A seguir al Colo y a Karen».
El formato del acto, con Milei hablando desde la camioneta, impidió que Santilli y Reichardt pudieran dirigirse con claridad al público. Reichardt, en el centro de la polémica por recientes declaraciones en las que calificó de «enfermedad mental» la falta de apoyo al oficialismo, no pudo exponer sus ideas, mientras que Santilli continuó con su campaña basada en el eslogan «Para votar al colorado, marcá al pelado», una referencia a la boleta que mantiene la foto de Espert. Consultado sobre si cumpliría con la promesa de raparse en caso de una victoria, Santilli eludió la respuesta afirmando: «Vamos a dejar todo». En sus breves palabras a la prensa, alentó: «Vamos que podemos descontar para hacer las reformas necesarias».
Por su parte, Bullrich destacó el respaldo creciente al gobierno y celebró la participación ciudadana. El acto sirvió para mostrar una imagen unificada del oficialismo en territorio bonaerense, en medio de un clima social agitado y con la campaña electoral en pleno desarrollo.