El gobierno de Javier Milei se encuentra en un momento de incertidumbre y expectativa tras la confirmación, por parte del propio Presidente, de que se evalúan cambios significativos en el gabinete una vez concluida la elección. “El 26 a la noche, con todos los números, veré qué tipo de entramado necesito para lograr los objetivos”, declaró Milei en una entrevista reproducida este martes, desatando especulaciones y movimientos internos en las principales carteras nacionales.

La primera consecuencia de este clima fue la salida de Gerardo Werthein de la Cancillería, cumpliendo con advertencias previas y acelerando las discusiones sobre su reemplazo. Desde ese momento, comenzaron a circular diversos nombres para liderar el Palacio San Martín, entre ellos el de Federico Pinedo, quien fue visto en la Casa Rosada el martes y rápidamente se posicionó como uno de los principales candidatos. También suenan Guillermo Francos, actual ministro del Interior, el cónsul en San Pablo Luis María Kreckler, Fulvio Pompeo —ex funcionario del gobierno de Mauricio Macri— y el diputado Fernando Iglesias.

Guillermo Francos había recibido una propuesta de Karina Milei para la Cancillería antes de la designación de Diana Mondino, pero optó por quedarse en el Ministerio del Interior, desde donde coordina las negociaciones políticas con otros espacios. Precisamente, la función de Francos está en el centro del debate interno, ya que el ascenso de Francos a jefe de Gabinete y la posible formalización del rol del asesor Santiago Caputo generan roces sobre la distribución de poder y atribuciones dentro del Ejecutivo.

Sobre Caputo, el entorno presidencial se divide: algunos consideran que sería positivo que ocupe un cargo formal, especialmente por su papel clave en los vínculos con la administración estadounidense y actores políticos locales. Sin embargo, cerca suyo insisten en que no necesita un cargo ministerial y valoran su influencia tras bambalinas. Incluso, no se descarta la creación de un puesto ad hoc para Caputo, sin firma ministerial, aunque algunos sugieren que podría abandonar el Gobierno si no se producen cambios de fondo, lo que dejaría acéfalas áreas sensibles como la UIF, la SIDE, la secretaría de Justicia, la DGI, la gerencia de YPF y otras dependencias estatales.

En cuanto a la salida de Werthein, el sector alineado con Caputo impulsa el nombre de Nahuel Sotelo, secretario de Culto y legislador electo, como posible canciller. Pero en la lista de candidatos sigue habiendo alternativas, reflejo de la disputa interna y la búsqueda de nuevos equilibrios de poder.

En las carteras de Seguridad y Defensa también se avecinan cambios. Patricia Bullrich y Luis Petri dejarán sus cargos para asumir sus bancas en el Senado y la Cámara de Diputados respectivamente, abriendo la puerta a nuevas designaciones. Bullrich había acordado con Milei que su segunda, Alejandra Monteoliva, la sucediera en el ministerio, aunque no se descarta que se mantenga como número dos. Sebastián Amerio, secretario de Justicia y hombre de confianza de Caputo, también podría continuar en su puesto.

Para el Ministerio de Justicia, Guillermo Montenegro aparece como el principal candidato para reemplazar a Mariano Cúneo Libarona, aunque enfrenta la desconfianza de Karina Milei y la falta de respaldo de Mauricio Macri. Diego Santilli, valorado por Milei por su gestión en seguridad, es mencionado como posible titular del Interior, aunque esa opción no prosperaría bajo la coordinación de Francos.

El recambio alcanza también al Congreso, donde se prevé la salida del vocero presidencial Manuel Adorni, quien asumirá su banca en la Ciudad. Para la presidencia de la Cámara de Diputados, Martín Menem busca continuar en el cargo, aunque el nombre de Cristian Ritondo sigue instalado como posible sucesor.

En medio de este escenario volátil, el ministro de Economía, Luis Caputo, parece ser el único con su continuidad asegurada. En Córdoba, Caputo confirmó que seguirá en su cargo independientemente del resultado electoral y destacó su relación de confianza con Milei, a pesar de las diferencias persistentes con Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación.

Con un gabinete en pleno proceso de redefinición y la interna oficialista en ebullición, la mirada está puesta en las próximas horas, cuando Milei determine el nuevo esquema de poder que marcará el rumbo de su administración tras la elección.