El Gobierno nacional decidió extender por un año más los plazos vigentes para la operatividad de la Factura de Crédito Electrónica (FCE), una herramienta clave en la operatoria financiera de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs). La medida, que responde a reiterados pedidos de las cámaras empresariales, especialmente de la industria alimenticia, garantiza que hasta fines de octubre de 2026 seguirán rigiendo los plazos actuales para la aceptación, cancelación, rechazo y registración de estos comprobantes digitales.
El Régimen de Factura de Crédito Electrónica para MiPyMEs, implementado en 2018 bajo la Ley 27.440, fue ideado como mecanismo para facilitar el financiamiento y la transparencia en las transacciones entre pequeñas empresas y grandes compañías. Desde su instauración, el sistema ha atravesado sucesivas modificaciones, especialmente en lo referente a los plazos legales para procesar las facturas electrónicas, en un intento por adaptar la norma a las necesidades reales del sector.
La última regulación, establecida mediante la Resolución 480 de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Emprendedores y Economía del Conocimiento, había fijado un plazo uniforme de 21 días corridos para que las partes intervinientes aceptaran, cancelaran o rechazaran una factura, así como para su registración en el sistema oficial. Esta disposición tenía vigencia hasta el 31 de octubre de 2025.
Reclamos y prórroga tras la presión empresaria
Con el vencimiento de ese plazo a la vista, la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) expresó su preocupación. La entidad advirtió que los plazos originales previstos en la ley (15 días para la aceptación y 10 para el rechazo) resultaban insuficientes y difíciles de cumplir, dada la necesidad de adaptar los sistemas internos de gestión y la complejidad operativa que enfrentan las MiPyMEs. Por ello, reclamaron ante las autoridades una prórroga del esquema actual.
El Gobierno respondió a este pedido mediante la Resolución 219/25, dictada por la Secretaría de Coordinación de la Producción. La norma extiende hasta el 31 de octubre de 2026 el plazo de 21 días corridos tanto para la aceptación o cancelación de las facturas electrónicas de crédito como para el rechazo y su registración. Este periodo adicional busca dar previsibilidad al sector y evitar complicaciones administrativas en un contexto económico desafiante, donde muchas empresas trabajan con márgenes mínimos o incluso sin ganancias.
Es importante destacar que la prórroga no se aplica a todos los comprobantes: quedan excluidas aquellas facturas emitidas por una MiPyMe a una gran empresa que sean cedidas a terceros antes de ser aceptadas, rechazadas o canceladas.
Hacia una simplificación del régimen
La nueva resolución no solo responde a una necesidad coyuntural, sino que además anticipa cambios en el sistema. En los considerandos de la norma, el Ejecutivo reconoce que el Régimen de Factura de Crédito Electrónica está bajo análisis y revisión, con la intención de avanzar hacia una mayor simplificación y desburocratización de los procedimientos. La cantidad de organismos estatales involucrados en el procesamiento y funcionamiento del sistema ha motivado esta revisión, que no busca eliminar el régimen, sino actualizarlo y hacerlo más ágil y eficiente para las MiPyMEs.
Se prevé que durante el año de vigencia de la prórroga se definan nuevas modificaciones que procuren optimizar el uso de la Factura de Crédito Electrónica, en línea con la agenda de simplificación administrativa que impulsa el Gobierno.
Un instrumento bajo la lupa
La prórroga de los plazos para la FCE llega en un contexto en el que las pequeñas y medianas empresas enfrentan crecientes dificultades, en parte por la recesión y la caída de la rentabilidad. El acompañamiento del Estado en la flexibilización de mecanismos administrativos es visto como un alivio, aunque los empresarios esperan que la revisión en curso derive en un régimen más funcional y ágil, que permita aprovechar plenamente los beneficios de la digitalización en las transacciones comerciales.


