San Pablo. La expectativa se palpa en el aire. Este martes por la tarde, el plantel de River Plate aterrizó en la ciudad brasileña para afrontar uno de los desafíos más importantes de su temporada: el decisivo partido contra Palmeiras por un lugar en las semifinales de la Copa Libertadores. El equipo dirigido por Marcelo Gallardo llegó al aeropuerto de Guarulhos poco después de las 18:30, encontrándose con una multitud de hinchas que aguardaban desde temprano para darles la bienvenida y renovar la esperanza de una remontada épica.
La caravana riverplatense se trasladó en dos micros: uno para el plantel y cuerpo técnico, otro para los dirigentes. Ya en la puerta del hotel Hilton Morumbí, los fanáticos desplegaron toda su pasión. Al grito de «Ponga huevo, huevo Millonario, ponga huevo sin cesar… que mañana tenemos que ganar», los hinchas alentaron a los jugadores, confiados en que el equipo podrá revertir el 2-1 adverso sufrido en el partido de ida.
La llegada del plantel estuvo marcada por un importante operativo de seguridad, con vallas y un fuerte control policial. Sin embargo, esto no impidió que los simpatizantes pudieran ver de cerca a sus ídolos. El primero en descender del micro fue Marcelo Gallardo, quien recibió la ovación más grande de la jornada. El entrenador, figura central en los últimos años gloriosos de River, respondió con sonrisas y gestos de agradecimiento, generando aún más fervor entre los presentes.
Uno de los más ovacionados fue el colombiano Juan Fernando Quintero, quien se mostró relajado y sonriente, contagiando optimismo a los hinchas. Quintero no solo arengó junto a los cánticos sino que se tomó el tiempo de firmar autógrafos, incluyendo uno muy especial: el de un niño nacido en San Pablo, fanático de River, cuyo padre argentino vive en Brasil desde hace 15 años. La emotiva escena dejó en claro que la pasión por los colores trasciende fronteras.
El último en descender del micro fue Franco Armani, arquero referente del equipo, quien también firmó varias camisetas, seguido por Enzo Francescoli, director deportivo, otro histórico muy querido por los hinchas.
La confianza de los fanáticos en el plantel es total. «Porque somos River», resumió Lucas, un hincha proveniente de Rafael Calzada, sintetizando el sentimiento de la multitud. Otros apuntaron a la mística de Gallardo y a la convicción de que «es solo un gol y en un partido todo puede pasar». Más allá de los análisis tácticos, la esperanza se apoya en figuras como Quintero, señalado como el posible héroe de la noche, y Miguel Borja, delantero colombiano con pasado reciente en Palmeiras. Para quienes especulan con una definición por penales, todas las miradas se posan en Franco Armani, conocido por sus atajadas decisivas.
River Plate ya está instalado en San Pablo. El plantel se encuentra concentrado y con la mente puesta en lograr una nueva hazaña, una más en la era Gallardo, que podría llevar al club nuevamente a las semifinales del torneo más importante del continente. Los hinchas, tanto los que viajaron hasta Brasil como los que siguen la campaña a la distancia, se aferran a la historia y a la fe en sus jugadores para soñar con una nueva página épica en la Copa Libertadores.


