El mundo del jazz despide a uno de sus más grandes innovadores: Jack DeJohnette, quien falleció el 26 de octubre en Woodstock, Nueva York, a los 83 años, debido a una insuficiencia cardíaca congestiva. La noticia fue confirmada por su familia y posteriormente por la oficina de prensa del sello ECM, con el que DeJohnette mantuvo una larga y fructífera relación artística.
Considerado por colegas y críticos como uno de los bateristas más influyentes de la música moderna, DeJohnette dejó una marca indeleble en la historia del jazz. El saxofonista David Liebman lo definió como el músico más ubicuo, talentoso y creativo de su generación, y su legado se extiende por más de seis décadas de innovación y sofisticación rítmica.
Nacido en Chicago en agosto de 1942, DeJohnette comenzó su formación musical a los cinco años, estudiando piano, instrumento que nunca abandonó y que, según él mismo relataba, alimentaba y complementaba su desarrollo como baterista. Durante su adolescencia, la batería se convirtió en su principal medio de expresión, aunque sus primeros pasos musicales fueron en grupos de doo-wop y rock and roll.
Su primer gran salto en la escena jazzística se dio al sustituir a Elvin Jones en el cuarteto de John Coltrane durante un concierto en Chicago, experiencia que DeJohnette describió como «física y espiritual». Poco después, se trasladó a Nueva York en 1966, integrándose a la banda del saxofonista Charles Lloyd, quien lo presentó en la efervescente escena del jazz neoyorquino.
La consagración de DeJohnette llegó al unirse a la legendaria banda de Miles Davis, reemplazando nada menos que a Tony Williams. Su creatividad y su capacidad para aportar dinamismo y musicalidad a los tambores lo convirtieron en el motor de algunos de los discos más emblemáticos del jazz fusión, como «Bitches Brew», «Jack Johnson» y «On The Corner». DeJohnette recordaba el proceso de grabación de «Bitches Brew» como un «torrente de energía creativa», en el que Davis experimentaba y cambiaba de rumbo sobre la marcha, siempre en busca de nuevas ideas.
El baterista colaboró con gigantes como John Coltrane, Thelonious Monk, Ornette Coleman, Sonny Rollins, Bill Evans, Sun Ra Arkestra, Chet Baker, Herbie Hancock, Joe Henderson, Stan Getz, Pat Metheny y George Benson, entre otros. Sin embargo, uno de sus proyectos más duraderos y celebrados fue el trío que formó junto al pianista Keith Jarrett y el contrabajista Gary Peacock, una agrupación que durante más de 25 años redefinió los límites del jazz moderno y se convirtió en referencia obligada para músicos y aficionados.
Además de su labor como acompañante, DeJohnette lideró sus propios proyectos y fue un prolífico compositor. Debutó como líder en 1968 con «The DeJohnette Complex» y entre 1968 y 2017 publicó 38 discos, primero en ECM y desde 2005 en su propio sello, Golden Beams. Su versatilidad le permitió moverse entre el jazz, el R&B y la música New Age. En 2009, ganó un Grammy por su álbum «Peace Time» y siguió girando con formaciones de altísima calidad, como el trío con Danilo Pérez y John Patitucci.
Reconocido múltiples veces por los críticos de Down Beat y Jazz Times, DeJohnette también recibió un doctorado Honoris Causa en música por Berklee College en 1991 e ingresó en el Salón de la Fama de los bateristas de jazz en 2010. Su último proyecto relevante fue un trío junto a Ravi Coltrane y Matthew Garrison, con el álbum «En movimiento» (2016), elogiado por su inteligencia armónica y originalidad.
La muerte de Jack DeJohnette significa la partida de un verdadero visionario, cuya creatividad y apertura mental permitieron que el jazz se expandiera hacia nuevos territorios. Su legado, caracterizado por la búsqueda constante de la innovación y la conexión profunda con la música, continuará inspirando a generaciones de músicos.


