El recinto de la Cámara de Diputados fue escenario de un nuevo y bochornoso episodio, protagonizado por las diputadas Lilia Lemoine y Marcela Pagano, durante la exposición del jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El cruce entre las legisladoras, ambas con pasado en La Libertad Avanza, opacó por momentos el debate sobre temas sensibles como las muertes por fentanilo contaminado, la situación en el hospital Garrahan y las denuncias de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis).
Todo comenzó cuando Pagano, hoy integrante del bloque Coherencia y exaliada del oficialismo, inició su turno para interrogar a Francos. En ese momento, Lemoine, referente libertaria y actual asesora de imagen presidencial, se levantó de su banca y se ubicó frente a la cámara de Diputados TV, que transmitía en vivo el debate. Con esta maniobra, Lemoine ocupó el centro de la pantalla, eclipsando a Pagano mientras esta hacía uso de la palabra.
Visiblemente molesta, Pagano se dirigió a Martín Menem, presidente de la Cámara, para pedirle que interviniera ante lo que consideró un «espectáculo» impropio de una legisladora. «Voy a preguntar tres minutos y si usted me interrumpe, señor presidente, voy a preguntar», lanzó Pagano, en una clara alusión al clima hostil en el recinto.
Menem, intentando recuperar el orden, exhortó a Lemoine a regresar a su banca. Sin embargo, la situación se tensó aún más cuando Pagano cuestionó a Francos sobre la supuesta presencia de agentes de la SIDE en su ministerio. Mientras otras voces libertarias se sumaban al griterío, Lemoine filmaba la escena con su celular y una sonrisa irónica. Al concluir la intervención, la diputada oficialista se paró amenazante junto a Pagano, mientras la legisladora Lourdes Arrieta grababa la escena.
El episodio no fue un hecho aislado. En marzo, ambas diputadas ya habían protagonizado un violento cruce en medio de un debate legislativo. Aquella vez, el enfrentamiento incluyó insultos, gritos y hasta el lanzamiento de un vaso de agua. Lemoine y María Celeste Ponce se encontraban en un lado del conflicto, mientras que Pagano y Rocío Bonacci estaban del otro. El trasfondo: acusaciones de «funcionales al kirchnerismo» entre libertarias, reflejando una interna cada vez más áspera en el espacio de Javier Milei.
Los desencuentros entre Lemoine y Pagano recrudecieron la semana pasada, luego de una votación clave. Dos diputados de La Libertad Avanza, entre ellos Pagano, votaron en contra del veto presidencial a la emergencia en discapacidad, lo que marcó la ruptura del bloque y el nacimiento de una nueva agrupación liberal en la Cámara. Lemoine, en su rol de férrea defensora de Milei, no ocultó su furia y hasta propuso de modo despectivo que el nuevo bloque disidente se llamara «Manliba».
El trasfondo político de la pelea es profundo. La enemistad entre ambas viene de meses atrás y se reavivó cuando Pagano habilitó el debate sobre el veto presidencial en discapacidad, en una sesión clave para los intereses del Ejecutivo. A esto se suman las recientes acusaciones que vinculan a Pagano con la difusión de audios de Diego Spagnuolo, los cuales exponen un presunto esquema de coimas en la Andis y complican al oficialismo.
El último enfrentamiento, con gritos y denuncias de amenazas, dejó en evidencia la fractura interna en el espacio libertario y el clima de hostilidad que se vive en la Cámara Baja. Mientras los cruces personales acaparan los focos, los debates de fondo quedan relegados y la crispación política amenaza con convertirse en la norma.


